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Desapareció de la tele y muchos lo daban por retirado: así está ahora Juan Tamariz, el mago del ‘nianianianaaa’

Juan Tamariz marcó a toda una generación gracias a su talento

El artista cambió de vida y empezó una etapa lejos de los medios

En estos momentos tiene 82 años y todavía hay gente que se acuerda de él

Pocos rostros resultan tan entrañables para quienes crecieron frente al televisor en los años 80 como el de Juan Tamariz. Su imagen, inconfundible con el cabello alborotado y la eterna chistera, evocaba un mundo en el que lo imposible se convertía en cotidiano. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que su trayectoria profesional no comenzó en los escenarios ni frente a las cámaras, sino en las aulas universitarias y los sets de cine experimental. Nosotros sabemos cómo es la nueva vida del famoso ilusionista.

Nacido en Madrid en 1942, Tamariz dio sus primeros pasos académicos en el ámbito de las Ciencias Físicas, motivado por una temprana fascinación por los misterios del universo. Paralelamente, encontró en el séptimo arte un canal de expresión creativa, llegando a dirigir varios cortometrajes durante la década de los 60. En ese contexto ofreció su primera oportunidad cinematográfica a una joven Carmen Maura, que más tarde se convertiría en una de las grandes actrices del cine.

Pero fue la magia la que acabó dominando todas sus pasiones. A los seis años, cuando realizó su primer truco, ya sentía que ese arte milenario tenía algo especial. Décadas más tarde, ese presentimiento se confirmaría con una carrera imparable que traspasaría fronteras y marcaría a varias generaciones.
La mediática trayectoria de Juan Tamariz.

A partir de los años 70, Tamariz se introdujo de lleno en el universo televisivo. Su paso por programas emblemáticos como Un, dos, tres… responda otra vez marcó un antes y un después. Su participación como uno de los «tacañones» lo catapultó a la fama, pero lo que lo distinguía no era solo su sentido del humor o su simpatía, sino la maestría con la que ejecutaba trucos de cartas, juegos mentales y rutinas de ilusionismo que desconcertaban incluso al público más escéptico.

Con una puesta en escena austera pero tremendamente eficaz, Tamariz no necesitaba grandes producciones ni efectos especiales para atrapar al espectador. Bastaba su voz, un naipe y esa melodía inconfundible que tarareaba mientras desarrollaba sus juegos de manos. Esa música improvisada (el célebre «nianianianaaa») acabó convirtiéndose en su marca registrada, un símbolo que aún hoy se asocia de inmediato con él.

Más allá del escenario, fue uno de los primeros en abordar la magia desde un enfoque teórico y académico. Publicó libros que se consideran pilares del ilusionismo moderno, como La vía mágica o Los cinco puntos mágicos, textos que combinan técnica, filosofía y pedagogía. Es decir, su visión integral del arte de ilusionar le convirtió en una estrella.

Giro radical en la vida de Juan Tamariz

Con el paso del tiempo, Juan Tamariz fue espaciando sus apariciones en los medios. Llegó a aparecer en El Hormiguero, pero poco a poco fue diciendo adiós a su etapa mediática y su situación dio un giro radical. Su estilo, tan propio de una época dorada de la televisión española, fue dando paso a nuevas formas de entretenimiento, más rápidas y visuales. Sin embargo, quienes pensaban que su retirada sería definitiva se equivocaron.

Juan Tamariz en ‘El Hormiguero’. (Foto: Gtres)

A sus 82 años, lejos de los platós y los grandes teatros, Tamariz mantiene una vida activa aunque más privada. Reside en San Fernando, en la provincia de Cádiz, donde ha encontrado un refugio propicio para seguir desarrollando su arte en silencio. Rodeado por el mar, la literatura y la música andaluza, continúa practicando con su inseparable baraja y reflexionando sobre los principios que sustentan la magia como disciplina.

En entrevistas recientes ha confesado que sus manos, tras décadas de entrenamiento exhaustivo, muestran signos visibles de desgaste. Algunas articulaciones se han deformado por la repetición de movimientos, pero este desgaste físico no ha mermado su entusiasmo. Al contrario: es para él una medalla de perseverancia, una muestra de que la pasión puede moldear incluso el cuerpo con el paso del tiempo.

El público no ha olvidado al artista

Pese a su discreción actual, el nombre de Juan Tamariz continúa resonando con fuerza en los círculos mágicos. Su influencia se percibe claramente en figuras como Dani DaOrtiz o Luis Piedrahita, quienes han reconocido en múltiples ocasiones la profunda huella que dejó en su formación. Muchos de los grandes ilusionistas del presente, tanto en España como fuera de sus fronteras, han adaptado sus teorías y técnicas, perpetuando así su legado.

Además, la Escuela de Magia Ana Tamariz, fundada y dirigida por su hija, representa un espacio en el que las enseñanzas del maestro se transmiten con fidelidad. A través de esta institución, cientos de jóvenes descubren cada año el rigor, el respeto y la belleza que implican dedicarse al arte del engaño con honestidad y sensibilidad.

Tamariz también sigue participando en encuentros y congresos especializados, donde se le trata como una figura venerada. Aunque rara vez acepta entrevistas o apariciones públicas, continúa compartiendo su conocimiento en entornos íntimos, donde cada palabra suya es recibida como una lección maestra. Su figura ha trascendido el entretenimiento y se ha consolidado como un referente cultural, comparable a los grandes creadores del siglo XX.