Ginecología

La vitamina E reduce el riesgo de malformaciones en bebés de madres con obesidad

El consumo de un antioxidante como la vitamina E podría evitar la oxidación en la madre y el embrión y evitar malformaciones en el cerebro o en la espina dorsal

La vitamina E reduce el riesgo de malformaciones en bebés de madres con obesidad
La obesidad materna aumenta el riesgo de padecer comorbilidades antes, durante y después de la gestación

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La suplementación con vitamina E podría reducir el riesgo de que los hijos de madres con obesidad pregestacional nazcan con malformaciones. Esta es la conclusión de un estudio publicado en la revista Antioxidants, desarrollado y dirigido por investigadores del Grupo Metabolismo y Función Vascular (MET-VASC) de la Universidad CEU San Pablo en colaboración con la Universidad de Harvard, Boston (Estados Unidos). Una investigación llevada a cabo por los doctores Marta Viana, Martín Alcalá, Isabel Sánchez-Vera y Esther Carrera y por la investigadora predoctoral Fabiola Álvarez, por parte de la CEU USP, y de la Dra. Loeken, de la Universidad de Harvard. Además, han participado investigadores de las Universidades de Valencia, Veracruz (México) y La Habana (Cuba).

La investigación demuestra que la obesidad previa a la gestación aumenta la aparición de malformaciones congénitas, principalmente aquellas relacionadas con el desarrollo del tubo neural. Extrapolado a humanos, este tipo de malformaciones impiden que la gestación llegue a término y, si lo hacen, provocan en el recién nacido patologías como el meningocele o la espina bífida. «Observamos que un 25% de los embriones de las madres obesas presentaban malformaciones severas, mientras que este porcentaje se redujo hasta el 11% en los embriones de madres obesas suplementadas con vitamina E, similar a lo que se observa en gestaciones de ratas delgadas», indica la doctora Sánchez-Vera.

Este estudio pone el foco en el estrés oxidativo como origen de la aparición de estas malformaciones. «Nuestro cuerpo genera de manera fisiológica especies químicas muy reactivas con características prooxidantes. Para mantener su nivel bajo control y evitar que dañen a moléculas grandes, como proteínas, lípidos o incluso el ADN, tenemos una serie de enzimas y compuestos antioxidantes que se encargan de mantener el equilibrio. Si ese equilibrio se pierde a favor de las especies oxidativas, hablamos de estrés oxidativo», explica la doctora Viana. Además, subraya que «el problema es que tanto la obesidad como la gestación son situaciones que, de manera aislada, producen estrés oxidativo. Por lo tanto, al combinarlas, se produce un efecto aditivo que supera las defensas antioxidantes de la madre, haciendo que este daño llegue al embrión en formación».

La clave está en el glutation

Esta investigación revela el papel clave del principal antioxidante endógeno hidrosoluble, el glutation, que todos tenemos en nuestro organismo. En las madres con obesidad pregestacional, este antioxidante se consume para hacer frente al daño oxidativo. Por lo tanto, hay menos cantidad disponible para el embrión, y para que desarrolle correctamente su espina dorsal o su cerebro en las primeras fases de la gestación.

El tratamiento con un antioxidante exógeno, la vitamina E, aporta protección frente a la oxidación tanto a la madre como al embrión, evitando que el glutation se consuma y permitiendo un desarrollo normal de las estructuras del embrión en las primeras semanas. Según el Dr. Alcalá, “la pérdida de glutation como base para la aparición de malformaciones ya se había estudiado en otras situaciones como el tabaquismo, la radiación ionizante o el uso de algunos fármacos, como el valproato. Este estudio, además de ser la primera vez en la que se relaciona con la obesidad de la madre, aporta una solución sencilla a través de la suplementación con vitamina E”.

La Dra. Carrera y Fabiola Álvarez apuntan que «varios ensayos clínicos han intentado analizar el potencial efecto beneficioso de los antioxidantes para evitar complicaciones asociadas a la gestación, pero los resultados nunca han sido especialmente esclarecedores. Sin embargo, cabe destacar que en prácticamente ninguno de esos ensayos se ha analizado por separado el efecto de la obesidad pregestacional de la madre, donde pensamos que el efecto podría ser muy beneficioso».

Reconsiderar la suplementación

Los resultados de este estudio en animales ponen de relevancia la importancia de que las mujeres con obesidad y sobrepeso que planean quedarse embarazadas trabajen con sus médicos, nutricionistas, enfermeros y farmacéuticos para lograr reducir el peso. Este estudio abre la puerta a que se reconsidere la suplementación con antioxidantes en mujeres embarazadas en situación de riesgo potencial, que, además, asegura un sistema de producción sostenible y amigable con el medio ambiente, reduciendo el uso de agroquímicos con los consiguientes beneficios para la salud.

La obesidad materna aumenta el riesgo de padecer comorbilidades antes, durante y después de la gestación, tanto para la madre como para el feto. Las madres con obesidad antes de la gestación pueden tener problemas de fertilidad, mayor riesgo de padecer abortos espontáneos y recurrentes, preeclampsia, diabetes gestacional y complicaciones durante el parto. Los recién nacidos también tienen mayor riesgo de distocia de hombro, de nacer con un peso inadecuado e incluso de convertirse en individuos obesos en el futuro.

 

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