¿Qué riesgos tienen las vacunas que se ponen para viajar al extranjero?

Es natural sentir cierta aprehensión ante las reacciones y efectos secundarios de las vacunas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los beneficios superan ampliamente los riesgos. Es importante comunicar cualquier historial médico relevante al profesional de la salud antes de la administración de las vacunas para evitar posibles complicaciones. En la mayoría de los viajeros, las reacciones son leves y temporales, y los efectos secundarios son raros y transitorios. El desarrollo tecnológico en los procesos de fabricación, la calidad de los ensayos clínicos en los que se estudian y el mejor conocimiento de la acción inmunobiológica, hacen que hoy en día existan vacunas más eficaces y, por supuesto, más seguras.

Hay múltiples vacunas recomendadas para los viajeros, que son indicadas según los diferentes destinos, edad y condición particular, tal y como explican en la Asociación Española de Vacunología (AEV). También existen otros tratamientos a la hora de viajar al extranjero como es la profilaxis para la malaria que es una medicación preventiva de la enfermedad que se toma antes de viajar. Lo que es fundamental, según a AEV es seguir una serie de directrices básicas para evitar la exposición a ciertas enfermedades cuando se viaja: vigilar la higiene de alimentos y bebidas, no ingerir bebidas que no estén embotelladas y con tapón, prevenir las picaduras de mosquitos y llevar un botiquín con los medicamentos básicos.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que todas las vacunas pueden tener efectos secundarios leves como dolor o hinchazón en el lugar de la inyección o fiebre leve o producir reacciones alérgicas más graves. Por eso, siempre es recomendable consultar con el médico antes de recibir cualquier vacuna o si se presenta algún síntoma después de la vacunación.

Las vacunas y sus reacciones

Cuando se planifica un viaje a una zona tropical o a países africanos, es importante tener en cuenta algunas vacunas que son recomendadas e incluso obligatorias para ciertos países, tal y como indican en la Asociación Española de Pediatría (AEPED) el ponérselas o no va a depender del país a visitar, del tipo de viaje y, por supuesto, de la edad. 

• • Vacuna frente a la fiebre amarilla: indicada en viajes a zonas donde hay comunicados casos de fiebre amarilla o se exige la vacuna para entrar en el país, fundamentalmente en África Central y en algunos países de Centroamérica y Sudamérica, y para todas las entre los 9 meses y los 60 años de edad.  Las reacciones adversas más habituales se relacionan con el punto de la inyección: dolor, enrojecimiento o tumefacción. Pero también pueden aparecer dolores de cabeza que son más frecuentes entre el tercer y séptimo día tras la vacunación. En los niños pequeños, se pueden producir irritabilidad, llanto, somnolencia y pérdida de apetito. Sólo en casos excepcionales se pueden producir reacciones graves que afecten al sistema nervioso o a diversos órganos. Las favorece la presencia de algunos factores: edad inadecuada, infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
  • Vacuna de hepatitis A: la mayoría de los viajeros, especialmente los niños y los jóvenes, no están vacunados y son susceptibles a esta infección si viajan a algunos países de África o Asia con malas condiciones higiénico-sanitarias. La vacuna es segura y bien tolerada aunque existe la posibilidad de sufrir algunas reacciones locales leves en el lugar de la inyección y, a veces, fiebre o malestar.
  • Vacuna contra la fiebre tifoidea: La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa producida por la bacteria la Salmonella typhi que penetra por vía digestiva y alcanza la sangre. Se transmite por contacto directo con personas infectadas y, sobre todo, por ingesta de agua o alimentos contaminados por eso es recomendable ponérsela si se viaja a países con alta incidencia y falta de higiene como son la India, Pakistán o Bangladesh. Esta vacuna raramente produce alguna reacción y si las hay son muy leves: dolor abdominal, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, fiebre o una erupción en la piel tras la vacunación oral y malestar, dolores musculares o reacción local en el lugar del pinchazo.
  • Vacuna del cólera: el cólera es una enfermedad que causa fuertes diarreas debido a la infección intestinal por la bacteria Vibrio cholerae que se adquiere al comer alimentos contaminados, agua o mariscos que contienen este microorganismo. El cólera sólo se transmite en algunas zonas de África y Asia con dificultades para acceder a agua potable. En general, es una vacuna muy bien tolerada y no produce reacciones adversas, sólo se han descrito algunos síntomas gastrointestinales leves en alguna ocasión
  • Vacuna de la rabia: indicada en viajeros con estancias prolongadas en zonas endémicas de rabia, como, por ejemplo, la India. Las reacciones más comunes son dolor e induración en el punto de inoculación y cefaleas, exantemas, mialgias y artralgias.
  • Vacuna del tétanos: el tétanos es una enfermedad bacteriana causada por Clostridium tetani cuyas esporas están diseminadas por todo el medio y pueden infectar las heridas sucias. Es recomendable cuando se viaja a países con bajas coberturas vacunales y condiciones de asepsia deficientes. Las reacciones más frecuentes son fiebre o febrícula, leve hinchazón o enrojecimiento en la zona de la inyección. En los niños puede provocar una ligera irritabilidad o somnolencia en los días siguientes a su administración y en algunos casos, puede provocar alergia y alteraciones neurológicas.
  • Encefalitis japonesa: La encefalitis japonesa es una enfermedad vírica y suele cursar sin síntomas en los casos leves pero en los casos graves puede llevar hasta la muerte. La transmite la picadura del mosquito Culex presente en algunas zonas del Asia Sudoriental y del Pacífico Occidental. Aunque la posibilidad de adquirir la encefalitis japonesa en los viajeros es muy baja, se recomienda la vacunación a quienes van a permanecer más de un mes en destinos rurales de esas zonas. La reacción a la vacuna es leve, y suele ser dolor e induración en el punto de inyección, dolor de cabeza, dolores musculares o pequeñas elevaciones febriles.