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Fobias

Qué es la ictiofobia, ¿la conoces?

Como sucede con muchas otras fobias, la ictiofobia puede surgir por diversos motivos.

Hay diversidad de fobias, pero pocos podían imaginar que algunas personas tienen ictiofobia o miedo a los peces.

Esto sucede cuando tales personas sienten un miedo algo irracional a estos animales, si bien dentro de esta existen algunas sub-fobias, como la selacofobia, que es el miedo a los tiburones.

Cuáles son sus causas

Como sucede con muchas otras fobias, la ictiofobia puede surgir por diversos motivos. Uno de estos puede ser por haber sufrido malas experiencias con los peces en el pasado, desde ataques, picaduras o mordiscos.

Pero no siempre se ha tenido un contacto directo con tales peces, sino que simplemente hay miedo cuando los ven por la tele o simplemente en el agua del mar, etc. A veces simplemente se trata de una ansiedad o bien problema psicológico que no ha sido tratado correctamente.

Qué síntomas suelen experimentar

Tales personas suelen tener limitada su vida, especialmente cuando nos referimos a que no quieren ir a nadar ni al mar ni a los ríos, ni hay lagos o bien evitar todo aquello que tenga que ver con el agua. Esto hace que se encierren o que en verano no vayan a la playa y significa que no se relacionan con otras personas.

La evitación es un signo común que limita a las personas a la hora de realizar diversas acciones diarias. Cuando se enfrente a esta situación y ven un pez, o solo pensarlo, entonces salen otros síntomas tales como palpitaciones, sudoraciones, miedo incontrolado, irascibilidad, etc.

Tiene tratamiento la ictiofobia

De igual manera que sucede con otras fobias, en principio sí, todo depende del grado y de las ganas del paciente de afrontar este problema.

Primeramente debe hacerse frente a la ansiedad que provoca este problema. Esto puede tratarse a nivel físico y psicológico. Se pueden dar fármacos cuando la ansiedad es generalizada y la persona no puede realizar correctamente sus acciones diarias por este problema. Mientras que las terapias con el psicólogo van bien para atajar la causa del problema.

Lo mejor es enfrentarse a ello,  es decir, a ir al mar, bañarse y estar en contacto con peces. La terapia cognitivo conductual suele ser la más común y efectiva en tales casos.