¿Es peligroso comer insectos?
En muchas regiones de África, Asia y América Latina es una práctica muy habitual la entomofagia, que aborda el consumo de insectos por parte de los humanos. Su ingesta, según los cálculos que realiza la Organización para la Agricultura y la Alimentación de la Naciones Unidas (FAO) podría completar la alimentación de unos 2.000 millones de personas. Si te preguntas si es peligroso comer insectos, nosotros te lo aclaramos.
En nuestra sociedad es posible que aún haya un cierto reparo a la hora de consumir insectos. No obstante, la situación se podría equiparar a la ingesta de caracoles o bígaros. Tanto los cocineros, medios de comunicación, instituciones científicas e industrias alimentarias habían pasado por alto los múltiples beneficios que reportaban estos animales. En algunos países están considerados un auténtico manjar, alcanzado precios muy altos como ocurre con los huevos de hormiga tejedora en Asia o la oruga de la mariposa emperador en África.
La demanda de alimentos se ha visto incrementada en los últimos años debido al crecimiento demográfico y de la clase media, como señalan desde la FAO, por eso quizás sea el mejor momento de abrir la mente y ampliar nuestra alimentación con insectos, que destacan sobre todo por su altos niveles de grasas, minerales y proteínas.
Puede que para algunos sea una moda un tanto peligrosa, pero apuntan desde este organismo que no se conocen casos de transmisión de enfermedades a humanos por la ingesta de insectos. Eso sí, siempre es necesario que se manipulen con las mismas condiciones de higiene y limpieza que cualquier otro alimento. No se puede descartar que provoquen algunas alergias, como ocurre en el caso de los crustáceos, pero sí se compara con las aves y mamíferos, puede que tengan un menor riesgo de transmisión de enfermedades, aunque eso debería analizar con más profundidad.
Cantidad de insectos comestibles
Se estima que en todo el mundo hay casi 2.000 especies de insectos comestibles, y casi todas ellas se encuentran en un entorno natural. Los más consumidos son los escarabajos (31%), las orugas (18%) y las hormigas, avispas y abejas (14%). A continuación se encuentran ortópteros como las langostas, grillos y saltamontes (13%); los hemípteros, entre los que están las cochinillas, chinches, saltahojas, fulgoromorfos (10%) y las termitas (3%), entre otros.
La calidad nutricional de los insectos varía en función de la etapa de su vida, la dieta y el entorno en el que viva. En comparación con el pescado y la carne proporcionan unos nutrientes y proteínas de gran calidad. Aseguran que son un complemento alimenticio para los niños desnutridos gracias a que los insectos cuentan con unos niveles muy altos de ácidos grasos, además de se ricos en hierro, fósforo, selenio, zinc, fibra, cobre y magnesio.
Al igual que ocurre con otros tipos de animales, se podrían generar unas interesantes oportunidades empresariales en lo que se refiere a la recolección y cría de insectos. Se podrían procesar para utilizar como alimento animal y humano sin necesidad de grandes procesos. Algunos de ellos pueden ingerirse enteros aunque también es habitual que se conviertan en pasta o se haga harina. Todo para extraer sus proteínas.
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