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Efectos de los rayos UV sobre la piel: resecamiento, manchas solares, enrojecimiento y cáncer de piel

  • D. buenosvinos | Carlos Aguilera

El verano está tocando a su fin, a pesar de que cada vez son más las personas que deciden veranear a partir del mes de septiembre. Fecha que ciertamente reduce la intensidad solar en muchos puntos de la península, pero que no implica que se deba descuidar el cuidado y protección de la piel de los efectos de los rayos UV. Por otra parte, las personas que ya han disfrutado de las vacaciones deberán atender especialmente los cuidados de la piel debido a la sobreexposición solar.

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De esta forma, los efectos nocivos del sol sobre la piel son los siguientes: resecamiento, manchas solares, enrojecimiento y en casos graves, se puede llegar a un cáncer de piel. Por ese motivo, los especialistas sugieren que además de la protección solar antes de la exposición, se debe mantener los cuidados más allá de las horas solares.

Realmente no se puede hablar de la piel sin pensar en el sol. La piel utiliza la luz solar para ayudar a fabricar la vitamina D, la cual es importante para la formación normal de los huesos. Pero algunas veces, los rayos ultravioleta pueden ser muy perjudiciales.

En la capa epidérmica o exterior de la piel hay células que contienen el pigmento llamado melanina. La melanina protege la piel de los rayos ultravioleta del sol, los cuales pueden quemar la piel y, con el tiempo, podrían reducir su elasticidad y causar que una persona envejezca prematuramente.

El bronceado se produce porque la exposición a la luz solar hace que la piel produzca más melanina y se oscurezca. El bronceado desaparece a medida que estas células llegan a la superficie y se caen. La luz solar es beneficiosa en cantidades limitadas y con la debida protección para prevenir la sobre-exposición.

La demasiada exposición a los rayos ultravioleta o UV puede causar quemaduras solares. Los rayos UV penetran las capas exteriores de la piel y pasan a las capas más profundas, en donde pueden dañar o matar las células de la piel. Las personas que no tienen mucha melanina y se queman fácilmente con el sol, deberían protegerse cubriendo las áreas sensibles, utilizando bloqueador solar, limitando su tiempo total de exposición y restringiendo su tiempo de exposición al sol entre las 10 a.m. y las 2 p.m.

La exposición frecuente y prolongada a los rayos ultravioleta durante muchos años es la principal causa de cáncer en la piel, lo que no debe tomarse a la ligera. Examine su piel periódicamente para detectar el desarrollo de tumores sospechosos o los cambios de una lesión ya existente en la piel. La detección precoz y el tratamiento a tiempo, son fundamentales para incrementar las tasas de curación del cáncer en la piel.

Es importante que ante cualquier aparición de bolitas, lunares, lesiones, cambios detectados en la piel o reacciones adicionales como fiebre, comezón, dolor, escozor o inflamación, acudan con su médico familiar, ya que debe tomarse como una señal de alarma.

«Tomar el sol puede ser tan perjudicial como fumar»

La doctora Lara Valles, jefa asociada del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario General de Villalba, ha advertido de los riesgos de tomar el sol en exceso para la salud y señala que «puede ser un hábito tan perjudicial como fumar»

«Tomar el sol es una actividad muy extendida en nuestra sociedad y a la que se atribuye erróneamente la propiedad de ser beneficiosa para la salud. Una idea que no es del todo correcta», señala, si bien reconoce que «a diferencia del hábito tabáquico, resulta inevitable recibir cierta radiación solar si se realizan actividades al aire libre».

«Es verdad que necesitamos entre 10 y 15 minutos diarios de exposición solar para la síntesis de vitamina D, pero afortunadamente, en nuestro país, con un paseo al aire libre de un cuarto de hora es suficiente», añade. Por el contrario, prosigue, estar en la playa o en la piscina totalmente descubiertos y sin protección solar «no es una práctica nada saludable».

Revisión de lunares y pecas

Los lunares y las pecas son lesiones pigmentadas que se deben a una acumulación de melanocitos en los primeros y del pigmento melanina en las segundas. La melanina es el pigmento natural que produce nuestro organismo para protegernos del daño solar y que también es responsable del color de nuestra piel. El melanoma suele aparecer con más frecuencia en las zonas con melanina acumulada, como los lunares y las pecas.

Extra en la hidratación

Al tomar el sol o pasar mucho tiempo al aire libre, y especialmente cuando no protegemos la dermis de forma adecuada, nuestra piel tiene a secarse, el colágeno de la misma puede verse afectado, se pueden formar manchas y también acumularse las células muertas en gran cantidad, por lo que realizar una exfoliación para el rostro y otra para el cuerpo es la mejor forma de eliminar células viejas y favorecer la regeneración de nuevas, preparando también el terreno para una adecuada hidratación.