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Jefe de la Sección de Dermatología del Hospital Universitario del Sureste de Madrid

Dra. A. Segurado: «Hay que aplicar protección solar aunque se use autobronceador»

El bronceado es el oscurecimiento natural de la piel estimulado por la exposición a la radiación ultravioleta, bien de la luz solar o de otras fuentes artificiales. En la actualidad en muchos países occidentales una piel bronceada es deseable estéticamente, pero no podemos olvidar nunca que tomar el sol en exceso provocará quemaduras solares. La jefe de sección de Dermatología del Hospital Universitario del Sureste de Madrid y Fundadora de la Clínica Sclinic, la doctora Segurado explica a los lectores de OKSALUD cómo conseguir un bronceado saludable sin dañar nuestra piel.

Asimismo, cabe destacar la diferencia entre protectores solares y autobronceadores, los primeros son productos que impiden o reducen la penetración de los rayos ultravioleta (UV) a través de la piel. Mientras que los autobronceadores son productos cosméticos que producen un bronceado artificial, sin necesidad de exponerse a las radiaciones UV solares, mediante la aplicación de sustancias que «colorean» las capas superficiales de la piel de forma pasajera.

«Para conseguir que nuestra piel mantenga un tono bronceado saludable debemos exponernos al sol gradualmente, no hacerlo en las horas centrales del día y usar regularmente un fotoprotector solar de índice alto (> FPS30) y de amplio espectro», explica la doctora.

PREGUNTA.- ¿Cómo se puede conseguir un bronceado saludable sin dañar la piel?

RESPUESTA.- Primero debemos tener en cuenta que el bronceado es un mecanismo de defensa de la piel tras la exposición solar. Cuando nuestra piel se expone al sol, los melanocitos que están en la capa más externa de la piel empiezan a producir un pigmento que se llama melanina que es el que da el color dorado a la piel y que además la protege de las quemaduras. Es decir, que el bronceado es de por sí un filtro solar natural pero supone una protección baja, en torno a un 5-10.

Para conseguir que nuestra piel mantenga un tono bronceado saludable debemos exponernos al sol gradualmente, no hacerlo en las horas centrales del día y usar regularmente un fotoprotector solar de índice alto (> FPS30) y de amplio espectro. Además en estos últimos años se ha puesto muy de moda los productos que consiguen un bronceado sin sol o auto-bronceadores que contienen un principio activo denominado dihidroxiacetona que reacciona con el estrato córneo de la epidermis dando lugar a unos pigmentos coloreados similares al bronceado natural.

P.- ¿Someterse a un bronceado es apto para cualquier tipo de piel o hay pieles que no deberían utilizarlo?

R.- En principio son aplicables para todo tipo de piel, siempre que la DHA dihidroxiacetona no sobrepase la cantidad recomendada por ley. Además, como su efecto se debe a la generación de una serie de pigmentos, el autobronceador no va a provocar efectos sobre el envejecimiento, arrugas, manchas, ni lesiones pre-malignas o cáncer de piel. No obstante si el paciente tiene una piel muy sensible o reactiva podemos probar el producto autobronceador en cara interna del antebrazo y ver cómo va respondiendo la piel

P.- En cuanto a la frecuencia de utilizar productos para broncearse ¿cuáles son las recomendaciones?

R.- El autobronceador tardará unas 2-4 horas en hacer efecto y durante este tiempo debemos evitar el agua y jabón. Previamente es aconsejable exfoliar la piel 24 horas antes e hidratar muy bien codos y rodillas que son zonas de piel más gruesa donde tenderá a acumularse el producto, dejando irregularidades. Como la piel se renueva continuamente, es aconsejable renovar su aplicación cada 3-4 días y mantener la piel lo más hidratada posible para prolongar su duración.

P.- ¿Tomar alimentos que ayudan a «llamar la atención del sol» es más sano que usar cremas para broncearse?

R.- Las dos acciones son perfectamente compatibles. Hay ciertos alimentos que por su contenido en betacarotenos y antioxidantes son un buen aliado para conservar un mejor estado de la piel en verano.

Un buen desayuno basado en zumos de frutas y hortalizas como la zanahoria, naranja- pomelo o limón, que mezcle antioxidantes como betacaroteno y la vitamina C. Una comida con ensaladas, espinacas, aguacate, tomates, nueces con aliño de limón y gazpacho. Pescados como el salmón, emperador, sardinas, boquerones por su contenido en omega 3, junto con guarnición de zanahorias, tomate o calabacín. Comer mucha fruta, como postre o entre-horas como cerezas, fresas, frambuesas, sandía, nectarinas, papaya… son buenos alimentos para «llamar la atención del sol».

P.- ¿Cuáles son los peligros reales para la piel a largo plazo de broncearse cada verano?

R.- Además de las quemaduras solares que es el principal objetivo de la protección solar en verano, el sol produce otros daños que se van acumulando en la piel. Es responsable de las alergias solares en las primeras exposiciones, las manchas, las arrugas, lesiones premalignas y cáncer de piel.

P.- ¿Es mejor usar una crema autobronceadora con protección solar o usar aceites bronceadores y luego incorporar la crema solar?

R.- Las recomendaciones a través de las asociaciones científicas inciden en seguir cumpliendo las medidas de protección solar a pesar del uso de autobronceador. Esto incluye utilizarlos conjuntamente sin olvidar elegir un protector solar de amplio espectro y aplicarlo a diario.

P.- ¿Cuáles serían sus recomendaciones sobre estos tratamientos autobronceadores para el sol tan demandados en verano?

R.- Es verdad que este tipo de productos son útiles para lucir un bronceado gradual y saludable durante el verano sin necesidad de sufrir los daños del sol. También son útiles para personas con problemas para tomar el sol, ya sea porque tengan una enfermedad o un tratamiento fotosensible. Aunque, tenemos que tener en cuenta que en España mayoritariamente somos población con pieles claras, sensibles y que se queman con facilidad: con los productos de autobronceado conseguiremos el bronceado saludable sin los daños del sol.