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Dormir bien influye en el rendimiento del deportista

Una de las actividades más importantes que desarrollamos a lo largo de nuestra vida es dormir. Un tercio del tiempo lo pasamos en la cama. Si una persona llega a los 90 años se pasaría unos 30 durmiendo. El sueño nocturno supone un taller de reparación psíquica y física. Durante las horas que descansamos reponemos energías y ponemos en orden todos los conocimientos adquiridos durante la jornada. A continuación te damos más detalles sobre por qué dormir bien influye en el rendimiento del deportista.

Cualquier persona que realice ejercicio con regularidad necesita introducir unas cuantas horas de sueño en sus planes. Siempre se le concedió muy poca importancia a dormir y a su influencia sobre el rendimiento. Hay muy pocas investigaciones científicas sobre este campo y casi siempre se manejan muchas teorías.

Dormir bien por las noches aporta al atleta una serie de beneficios que no deberías pasar por alto. Entre otras cosas previene la aparición de lesiones, ya que la falta de descanso incrementa el riesgo de que aparezcan molestias, sobre todo porque el deportista va perdiendo coordinación y agilidad.

También ayuda a procesar la técnica de entrenamiento. Después de un tiempo de práctica continuada, la base de la técnica se va convirtiendo en más sólida, sobre todo cuando después de varios días. Descansar correctamente por la noche también fortalece el sistema inmunitario, incrementando la resistencia del organismo frente a las enfermedades que pueden debilitar la capacidad deportiva, como puede ser el estrés, catarros o resfriados.

Por último, el sueño consigue, además, facilitar la recuperación después de una actividad física de gran intensidad. Aunque en ocasiones se recorten horas de sueño con tal de entrenar, el cuerpo también agradece el descanso.

Consejos para descansar mejor por las noches

Después de una sesión preparatoria dura posiblemente esa noche consigamos conciliar el sueño con mucha más facilidad. Pero en otros momentos el sueño no aparece con tanta facilidad. Por eso hay que seguir una serie de hábitos que nos ayuden a descansar mejor. Entre otras cosas, dos horas antes de meterse en la cama hay que apagar el móvil, no tomar cafeína ni alcohol a partir de las 20 horas, cenar algo ligero compuesto por ensaladas, verduras y derivados lácteos y después del trabajo realizar alguna actividad.

Está claro que no siempre las personas pueden seguir estos consejos porque su vida no se los permite, pero son recomendaciones que están probadas científicamente y que contribuyen a garantizar el descanso. Para disfrutar de al menos 7-8 horas de sueño cada día también se aconseja crear un ambiente adecuado en el dormitorio. Procura ventilarlo, evitando la entrada de luz y apagando los distintos dispositivos electrónicos, como son el móvil y la televisión. Sobre todo porque el brillo de las pantallas le llevará al cerebro a pensar que debe mantenerse en alerta. Tampoco deberías llevarte el trabajo a la cama.

Durante el día es preciso que no te alteres ni te estreses. La ansiedad que se crea durante la jornada puede dificultar la calidad del sueño e incluso el propio descanso.