Diego Redolar: «Caminar 30 minutos diarios mejora la memoria y fomenta la salud cerebral»
Con su nuevo libro, Redolar ofrece claves prácticas para fomentar un envejecimiento cerebral saludable, basándose en estudios científicos y hábitos cotidianos efectivos
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La Universitat Oberta de Cataluña (UOC) y Neuros, una empresa tecnológica, han iniciado un ambicioso proyecto de investigación que promete revolucionar el ámbito del rendimiento deportivo y la salud cerebral. Esta colaboración, que se extenderá hasta octubre de 2027, combina la experiencia científica de la UOC con la avanzada infraestructura tecnológica de Neuros para explorar las aplicaciones de la neurociencia en el deporte y la salud pública.
El proyecto se centra en técnicas de neuroimagen y neuromodulación que permiten observar y modificar el funcionamiento del cerebro de manera no invasiva, abriendo nuevas posibilidades para optimizar el rendimiento de deportistas de élite pero también para diseñar tratamientos personalizados para el dolor crónico o para paliar los efectos de algunas enfermedades degenerativas.
OKSALUD entrevista a Diego Redolar, investigador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC y decano la Facultad de Psicología de la UOC, para conocer más detalles sobre su desarrollo, impacto esperado y los desafíos éticos y científicos que plantea. Además, cuenta que esta iniciativa «busca aplicar sus avances en la población general, promoviendo programas que combinen ejercicio físico y estimulación cerebral para prevenir enfermedades neurodegenerativas y mejorar la calidad de vida».
También en esta entrevista, nos habla de su libro que ha publicado recientemente «La mujer ciega que podía ver por la lengua» (Grijalbo) en la que nos da las pautas para mantener un cerebro en buen funcionamiento y frenar su envejecimiento.
PREGUNTA.- ¿Cuál es el impacto esperado de la combinación de técnicas de neuroimagen y neuromodulación en el rendimiento de los deportistas de élite, y cómo se mide este impacto en la práctica?
RESPUESTA.- Primero, me gustaría matizar que son dos cosas distintas. Con la neuroimagen lo que pretendemos es ver qué partes del cerebro son importantes en la práctica deportiva y ver cómo se comportan estas regiones cerebrales para determinadas prácticas deportivas. Y una vez ya tenemos como esta primera fase de conocer cómo funciona el cerebro delante de la práctica deportiva, pues aplicamos las técnicas de neuromodulación que intervienen en esas partes del cerebro con la idea de modificar su funcionamiento, en este caso, para mejorar la práctica deportiva.
P.- ¿Podría explicar más sobre el concepto de «dopaje cerebral» y cómo este proyecto aborda los posibles dilemas éticos asociados?
R.- A veces, sobre todo cuando pensamos en deportistas de élite, sabemos que se entrenan a tope pero es como si les faltara un «plus» para una mejora que no consiguen con más entrenamiento. Con las técnicas de estimulación cerebral no invasivas que genera la neuromodulación, lo que podemos hacer es ayudar a que esas regiones cerebrales funcionen mejor y de esta manera, pues, potenciar esa práctica deportiva. Esto lleva al concepto de ‘dopaje cerebral’ y el Comité Olímpico ha puesto en marcha una iniciativa con grupos de investigación para ver si es posible detectar quién ha recibido estimulación cerebral invasiva, porque claro, podría considerarse como un ‘doping cerebral’.
Imagínate, por ejemplo, nosotros en este proyecto una de las cosas que queremos hacer es estudiar, por ejemplo, la práctica del surf. En el caso de la práctica del surf, cuando un surfista profesional ve que viene a la ola, tiene que hacer lo que ellos llaman «una lectura de la ola» y a partir de ahí, debe seleccionar la estrategia más adecuada para cogerla. Y esto sabemos que depende de una estructura cerebral que se llama corteza prefrontal dorsolateral. Si potenciamos el funcionamiento de esa región, funcionará por encima de lo normal, con lo que esa lectura de la ola se hará mejor y más rápido.
Lo que estamos haciendo es poner, cerebralmente, a un deportista en una situación que lo va a hacer mejor que competidores con el mismo nivel. Y claro, esto, desde un punto de vista de la alta competición, se está considerando si realmente podría ser doping o si podría ser tratado como otro de los mecanismos que usan los deportistas para mejorar en la práctica deportiva. La polémica está en la parte ética del proceso porque el tema del cerebro es un terreno muy resbaladizo.
P.- Y han participado, habéis seleccionado a los deportistas y ¿cómo habéis garantizado que están mejor en cada disciplina?
R.- Nosotros hemos hecho estudios en la UOC ya desde hace años, sobre la mejora deportiva en personas sanas, no en deportistas de élite, para analizar cuáles son esas estructuras y cómo modificar ese funcionamiento cerebral. Y ahora en esta fase del proyecto estamos haciéndolo en deportistas de élite para ver cómo podemos generar ese tipo de cambio, ese tipo de mejora.
En las personas sanas, Claro, la mejora puede ser «bestial» y, claro, aquí tienes mucho margen de mejora, pero en deportistas de élite, sólo un pequeño pasito para ellos puede ser algo que lo cambie todo.
P.- Cómo puede ayudar al resto de la población a identificar biomarcadores cerebrales?
R.- Todo va todo un «poquito de la mano», es decir, todo este conocimiento que estamos adquiriendo en personas sanas, en deportistas de élite y también en personas con dolor, de alguna manera lo que nos está ayudando es a marcar una hoja de ruta, primero, para saber cuáles son los factores que pueden promover a una salud cerebral.
Porque aquí, por ejemplo, el deporte es una de las cosas que sabemos que puede promover una salud cerebral, y hablando ya de la población, sabemos que caminar 30 minutos diarios aumenta la formación de nuevas neuronas en una estructura que se llama hipocampo, que es una estructura crítica para la memoria. Y eso simplemente caminar 30 minutos, si lo combinas con fuerza física, con aeróbica o similar, el efecto es mucho más marcado. Es una de las cosas que estamos estudiando, ver cómo el ejercicio físico ayuda a fomentar esa salud cerebral.
Y esto también vinculándolo con las enfermedades neurodegenerativas, porque sabemos que si haces esto, puedes ayudar, no a prevenir las enfermedades neurodegenerativas, sino a minimizar el efecto que tienen.
P- Se está estudiando también la aplicación de la neuromodulación cerebral en tratamientos para el dolor. ¿Cómo funciona?
R.- Efectivamente, también estamos estudiando su aplicación en personas con dolor neuropático y con fibromialgia. Ya tenemos varios proyectos que hemos hecho en mujeres con fibromialgia, primero para detectar cuáles son las áreas cerebrales implicadas y después para modificar su funcionamiento.
Y ya, de hecho, no solamente se está utilizando en la investigación, sino que ya hay tratamientos con neuromodulación que son muy efectivos para mujeres con fibromialgia.
P.- En su nuevo libro «La mujer ciega que podía ver por la lengua» habla sobre los factores promueven la salud cerebral y de cómo implementarlos en nuestra vida basándose en una investigación muy famosa llevada a cabo en un convento.
R.- Efectivamente. En el libro hablo del cerebro y sus funciones, de neuroplasticidad, de los mecanismos que nos ayudan a entender cómo y por qué tomamos decisiones y en las funciones que perdemos cuando sobreviene una lesión cerebral, entre otras muchas cosas… Y sobre todo, doy las claves para promover un funcionamiento y un estado cerebral saludable con pautas concretas que podamos aplicar en nuestro día a día para tener un desarrollo óptimo y un buen envejecimiento de nuestro cerebro.
Para ello, me refiero a una investigación que se llevó a cabo en un convento con monjas de clausura que vivían hasta muy avanzada edad y en el que ninguna manifestaba síntomas de demencia ni de enfermedades neurodegenerativas. Un investigador fue al convento y comprobó que estas monjas tenían hábitos muy saludables, hacían mucho ejercicio, comían bien, etc. Pero lo curioso del estudio es que cuando morían las monjas, daban el cerebro a la ciencia, o sea, al proyecto, y lo que vieron estos investigadores es que muchas de estas monjas tenían enfermedad de Alzheimer, a sea, presentaban los rasgos neuropatológicos de la enfermedad de Alzheimer: ovillos neurofibrilares y placas de beta-amiloide. ¿Qué quiere decir? Que su cerebro estaba enfermo de la enfermedad de Alzheimer, pero ellas no mostraban los efectos negativos de la enfermedad.
Sabemos que factores como el ejercicio físico no pueden hacer que no tengas la enfermedad de Alzheimer, pero sí que puede hacer que si la tienes, el efecto sea menor. Esta idea está en el marco de este proyecto, y de hecho, la neuromodulación se está utilizando mucho a nivel clínico, pero, lamentablemente, en España sólo se aplica en el ámbito privado.
P.- ¿Qué medidas se están tomando para hacer accesibles las aplicaciones de esta investigación en contextos con recursos limitados, tal como se menciona en el proyecto?
R.- En otros países está dentro de lo que son los seguros médicos que abarcan a la mayor parte de la población, pero aquí, en España, desgraciadamente no. Uno de nuestros objetivos es que sean técnicas que puedan estar disponibles para la población general de una manera sencilla. Porque ahora mismo solo se pueden hacer en muy pocos centros de la Seguridad Social: El Hospital de Melviche, en Barcelona, el Hospital Clínico de Zaragoza y también en el Hospital de la Fe de Valencia. A nivel privado se pueden hacer prácticamente en todas las ciudades de España, hay centros de neuromodulación. Nosotros queremos llegar a toda la población en el menor tiempo posible y que estas técnicas se apliquen en todas las ciudades españolas.