Tiempo es cerebro: el neurorradiólogo, clave en la emergencia asistencial y manejo del ictus

La neurorradiología es la radiología enfocada en el sistema nervioso central -cerebro y médula-

ictus
Un radiólogo examinando una imagen de cerebro.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Con motivo del Día Mundial del Ictus, la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) ha destacado la importancia del neurorradiólogo como pieza clave en la respuesta de emergencia y el tratamiento del ictus. Esta enfermedad cerebrovascular representa la segunda causa de muerte a nivel mundial y es la primera entre las mujeres. Cada año, se registran en España aproximadamente 120.000 nuevos casos de ictus, de los cuales fallecen 27.000 personas.

El ictus no solo es una de las principales causas de mortalidad, sino también la primera causa de discapacidad adquirida, provocando graves secuelas que afectan la movilidad, el habla y las funciones cognitivas. Estas consecuencias no solo impactan de manera profunda a nivel personal y familiar, sino que también generan una considerable carga social. Se estima que el coste económico asociado a los nuevos casos de ictus en España asciende anualmente a 1.989 millones de euros.

«Si bien en los últimos años ha disminuido la mortalidad y la incidencia de ictus gracias a la prevención, detección precoz y mejora de la atención integral especializada, el aumento de la esperanza de vida y las previsiones de envejecimiento de la población hará que las cifras de afectados vuelvan a aumentar. Por ello, existe la necesidad de optimizar los planes estratégicos y la asignación de recursos para la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de los pacientes con ictus y así reducir el impacto de esta enfermedad» apunta el Dr. José Luis Díaz Valiño, neurorradiólogo de la SERAM y miembro de la Sociedad del Grupo Español de Neurorradiología Intervencionista (GENI).

El equipo multidisciplinar que atiende la emergencia del Código Ictus es un ejemplo paradigmático de la medicina colaborativa avanzada y está formada por: los servicios de emergencia extrahospitalarios, los servicios de urgencias, neurología, anestesia, UCI, neurocirugía y rehabilitación (en los cuales se encuadra la indispensable enfermería) y los neurorradiólogos.

La neurorradiología es la radiología enfocada en el sistema nervioso central -cerebro y médula- con una doble vertiente: por una parte, abarca el diagnóstico con la imagen de TC (tomografía computarizada) y RM (resonancia magnética) y, por otra parte, la terapéutica de patología isquémica (trombos y estenosis) y hemorrágica (aneurismas y malformaciones arteriovenosas) por medio de cateterismos vasculares. Ambas facetas son esenciales en la atención del ictus.

Código ictus

«Cuando se activa el Código Ictus por la sospecha de un accidente cerebrovascular agudo, y una vez que el paciente ha sido valorado en el hospital por neurología, en ese momento crítico y en primera instancia se le realiza una TC multimodal craneal por parte de los neurorradiólogos», comenta el Dr. Díaz Valiño. Además, puntualiza que «se trata de tres modalidades de adquisición de imágenes con las que descartamos otras causas distintas del infarto isquémico, se detecta el tejido cerebral irreversiblemente perdido, el que es viable y se puede rescatar, junto a la localización de la arteria cerebral trombosada».

Una vez expuestos los hallazgos radiológicos y las consideraciones clínicas del neurólogo, se consensúan conjuntamente las indicaciones del tratamiento endovascular (la trombectomía mecánica) que efectuará el neurorradiólogo para recanalizar la circulación cerebral con el objeto de minimizar el daño que ocasiona la falta de riego.

El Dr. Díaz Valiño señala que, «tomada la decisión, en el menor tiempo posible estarán personados en la sala de neuroangiografía personal de anestesia y enfermería para ayudarnos en el cateterismo de las arterias cerebrales y efectuar la extracción del trombo aspirándolo, capturándolo con una malla (stent) o bien con una combinación de esas dos técnicas. Esta intervención requiere una gran precisión por parte del neurorradiólogo para la cual se necesita una alta especialización».

«En muchas ocasiones la recuperación del paciente es inmediata y la apreciamos en el propio quirófano, pero lo más habitual es que la mejoría la veamos pasadas unas horas, o incluso días, durante su estancia en la Unidad de Ictus. También hay veces en que a pesar de que podamos extraer el trombo con éxito, el paciente no mejora debido a que el cerebro no ha soportado el tiempo que ha estado sin recibir sangre», puntualiza el Dr. Díaz Valiño.

Por lo tanto, son los especialistas formados y acreditados por las sociedades científicas de neurointervencionismo (GENI en el caso de España) quienes tienen la capacitación necesaria para llevar a cabo con criterio y seguridad estos complejos procedimientos endovasculares.

Sin duda, el beneficio de la trombectomía en el ictus agudo para conseguir un buen resultado clínico se reduce según se retrasa su inicio, por ello se dice que Tiempo es Cerebro.

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