La mejor manera de afrontar una cuesta en las carreras
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No hay mayor rival para cualquier corredor en una prueba atlética que los desniveles. Aunque conozcas muy bien el recorrido, nadie desea enfrentarse a las temidas cuestas, que te obligarán a aportar un extra de esfuerzo para mantener el ritmo adecuado de carrera. Tampoco sirve de nada exprimirse al máximo para luego detener la marcha en la cumbre y retirarse. En este artículo te mostramos la mejor manera de afrontar una cuesta en las carreras.
En primer lugar hay que decir que lo importante es la dosificación. Tanto en la subida como en la posterior bajada se hace necesario conservar un ritmo más o menos estable. El cuerpo notará un importante cambio de inclinación, fuerza, velocidad y equilibrio, por lo que será necesario adaptase al medio al que nos enfrentamos. Además, cuando la cuesta es muy pendiente se acaba alterando la técnica de carrera.
Para mantener el mismo ritmo en una subida pronunciada se hace necesario seguir una serie de recomendaciones. Recuerda lo importante que es dosificar fuerzas.
-En los momentos más duros de la subida se pueden apoyar las manos sobre las rodillas.
-El cuello debe permanecer en todo momento relajado y la cabeza alta, ya que con esta posición nos costará mucho menos respirar. Lo ideal es que la mirada se diriga a unos siete metros por delante nuestro. En el caso de que te notes muy apurado en la respiración sólo hace falta bajar el ritmo y mantener esa velocidad durante el resto de la cuesta.
-Hay que concederle una gran importancia al movimiento de brazos. En las pendientes muy pronunciadas se debe disminuir el movimiento de oscilación de las extremidades superiores. Los brazos deben permanecer con una flexión de 90 grados y las manos relajadas, sin tensión.
-Hay que fijarse a la hora de pisar con la zapatilla. Lo haremos sobre todo con los dedos y los metatarsos, evitando el contacto con los talones. De esta manera correremos más rápido ya que conseguiremos impulsarnos con más facilidad. La amplitud de la zancada se puede acortar ligeramente y el cuerpo debe estar un poco inclinado hacia adelante para propulsarse mejor.
-Lo ideal sería conocer bien el recorrido de la carrera antes de participar, pero en el caso de que no tengas mucha idea sobre ello, no pienses que cuanto más corras antes se acabará la cuesta. Puede llegar a resultar muy perjudicial sobre todo si más adelante te encuentras con otra pendiente de gran intensidad. Lo adecuado sería dosificar las energías y no desperdiciarla de manera inútil. En el caso de que conozcas bien el trazado intenta dar un pequeño acelerón en el último tercio para mantener a continuación en el llano la velocidad.
-Hay que elevar las rodillas intentando adaptar el movimiento a la dificultad del terreno.
Con estos consejos seguro que puedes afrontar con más garantías la subida a cualquier cuesta. Hay que armarse de paciencia y rebajar el ritmo si no consigues adaptarte a ella. También hay que regular y dejar fuerzas para el final.