Alerta por la proliferación de carabelas portuguesas en las playas de Galicia: así es su picadura
La Dirección General de Salud Pública ha informado a la población del protocolo a seguir en caso de picadura por una medusa
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La presencia de carabelas portuguesas (Physalia physalis) ha crecido considerablemente en los últimos días en las playas de Galicia, sobre todo en las costas de Lugo, donde ya se han producido algunos sucesos relacionados con la proliferación de esta especie.
En la comarca de A Mariña, el municipio de O Vicedo tomó la decisión de prohibir el baño en dos de sus arenales más representativos, San Román y Abrela, ya que en esta última playa una persona sufrió taquicardias y parálisis el pasado viernes por culpa del contacto con estas medusas.
Asimismo, otros municipios como Xove o Barreiros izaron la bandera roja en algunos de sus arenales durante el fin de semana para evitar sustos similares o consecuencias mayores entre los bañistas, y también se registró la presencia de algún ejemplar en la playa de Area, en el término municipal de Viveiro.
En el caso de Burela y Cervo, llegaron también a sus costas ejemplares de salpa, un organismo que, a diferencia de la carabela portuguesa, no es peligroso para el ser humano.
De hecho, según los expertos, las salpas reducen el CO² y producen oxígeno, además de alimentarse de ciertas algas dañinas, por lo se trata de un organismo beneficioso para el ecosistema.
En este sentido, los socorristas de Burela recomiendan cogerlas y devolverlas al mar, y han publicado recientemente un vídeo tutorial en redes para diferenciarlas de otras especies peligrosas como la carabela portuguesa.
Asimismo, desde Galicia se ha publicado un protocolo a seguir en el caso de picadura por medusa en las zonas de baño de Galicia, después de que en las últimas semanas se detectase la presencia de carabelas portuguesas en diferentes arenales gallegos.
Ante esta situación, el departamento sanitario de la Xunta ha fijado un conjunto de recomendaciones sobre cómo se debe actuar ante la picadura de esta especie marina. En primer lugar, recomiendan a la persona alcanzada por una medusa que salga del agua para «eliminar los posibles restos de tentáculos que tenga en el cuerpo».
Para realizar esta extracción deberá evitar el contacto directo con las manos, de forma que se deberá usar pinzas o guantes, o en su ausencia, con el borde de un objeto rígido y plano.
En esta primera actuación, es muy importante que en ningún momento se rasque la zona afectada, ni que se empleen toallas o arena para limpiar la herida, ya que esta presión podría aumentar la liberación de veneno.
Medidas contra la picadura
Así, en primer lugar, la persona alcanzada por una medusa deberá salir del agua y eliminar los posibles restos de tentáculos que tenga en el cuerpo. Para realizar esta extracción deberá evitar el contacto directo con las manos, por lo que recomiendan utilizar pinzas o guantes o, en su ausencia, con el borde de un objeto rígido y plano.
Advierten de que es muy importante que en esta primera actuación en ningún momento se rasque o frote la zona afectada, ni que se empleen toallas o arena para limpiar la herida, ya que esta presión podría aumentar la liberación de veneno.
El segundo paso a seguir es lavar la zona afectada con auga de mar limpia, comprobando previamente que ese agua no tenga fragmentos de tentáculos. Señalan también que no se debe lavar la zona con agua dulce, ya que el cambio de salinidad provoca una mayor liberación de veneno. Tampoco se debe utilizar amoníaco, vinagre u orines.
A continuación, se deberá aplicar frío sobre la zona de la picadura mediante una bolsa de plástico con hielo y por un espacio de tiempo de 15 minutos. De esta manera, se evita que el veneno pase al riego sanguíneo.
El último paso será desinfectar la herida con tintura de yodo para evitar posibles infecciones. Así, se cuidará la herida hasta que cicatrice y se intentará evitar otra posible picadura durante el resto del verano, ya que sus consecuencias pueden ser mucho peores al quedar el cuerpo sensibilizado al veneno.
Recuerdan también que en caso de contar con servicio de socorrismo en la playa, se deberá acudir al mismo y que, en caso de padecer síntomas generales como náuseas, vómitos, mareos, calambres musculares, dolor de cabeza o dificultad para respirar, se deberá acudir al centro sanitario más próximo o llamar al 112.