El 52% de las personas prefiere donar sangre antes que compartir sus datos médicos
La confianza cae casi 30 puntos cuando los datos sanitarios se destinan a modelos de IA de empresas
La Generación Z muestra mayor apertura al uso político de su información médica frente a generaciones anteriores

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Aunque la mayoría de la población está dispuesta a compartir sus datos sanitarios para mejorar su propia atención, existe un fuerte rechazo a que sean usados por empresas tecnológicas o con fines comerciales, según una investigación llevada a cabo por Qlik, empresa experta en integración, calidad y analítica de datos con inteligencia artificial, mediante la que se evidencian diferencias generacionales y un claro llamamiento a reforzar la transparencia y la supervisión en el uso de la inteligencia artificial aplicada a la salud.
Concretamente, el estudio revela que el 52% de los encuestados preferiría donar sangre antes que entregar sus datos médicos, mientras que sólo un 24% estaría dispuesto a ceder esa información sanitaria. «En este sentido, se refleja una profunda preocupación por la privacidad y el control de los datos en un momento en que la IA gana presencia en la atención sanitaria», ha explicado en declaraciones a OKSALUD Mike Capone, CEO de Qlik.
Mediante el informe se demuestra, además, que el 69% de las personas se sienten cómodas compartiendo sus datos con fines de cuidado personal, pero esa confianza cae al 40% cuando los datos son gestionados por empresas tecnológicas para modelos de inteligencia artificial. «Esta diferencia de casi 30 puntos pone de manifiesto el rechazo al uso lucrativo de la información sanitaria, ya que un tercio de los encuestados expresa incomodidad ante la comercialización de sus datos», ha valorado Capone.
Los resultados de la encuesta también señalan que la confianza recae en los médicos, no en los algoritmos. Mientras que el 71% rechaza la idea de recibir un tratamiento prescrito únicamente por IA, la aceptación sube hasta el 63% si el proceso está supervisado por un profesional sanitario, lo que subraya el papel esencial del juicio humano para impulsar la adopción de estas tecnologías.
Supervisión pública de datos
En cuanto a las diferencias generacionales, la mitad de los adultos de la Generación Z (50%) se siente cómoda con que el gobierno de turno utilice sus datos médicos con fines políticos, frente al 36% de las generaciones anteriores. Esta disparidad refleja distintas percepciones sobre la sanidad digital y el papel de la supervisión pública.
Además, aunque el 41% cree que las aseguradoras ya aprovechan sus datos, sólo un 34% percibe beneficios reales de la IA en la atención sanitaria, lo que indica una desconexión que podría ralentizar su aceptación.
«La IA en la sanidad solo puede tener éxito cuando los pacientes y los médicos siguen estando en el centro de cada decisión”, ha afirmado el CEO de Qlik, quien ha añadido que «con transparencia y consentimiento claro, podemos garantizar que la inteligencia artificial mejore, en lugar de erosionar, la confianza en la atención sanitaria».
El estudio también muestra que casi el 60% de los estadounidenses compartirían sus datos médicos si recibieran una compensación, lo que evidencia que la confianza y el valor deben ir de la mano. Para avanzar, el sector sanitario tiene la oportunidad de desarrollar modelos que respeten el control individual, fomenten la transparencia y generen beneficios tangibles para los pacientes.