El Madrid sentencia en los descuentos

El Real Madrid sacó el billete para la final del Mundial de Clubes después de ganar al América de México gracias a un gol, perdón, a un golazo de Benzema en el descuento del primer tiempo y a otro de Cristiano Ronaldo en el 93. Vamos, al más puro estilo Sergio Ramos. Los de Zidane fueron superiores a los de La Volpe, pero desperdiciaron ocasiones claras para haber logrado una victoria más amplia.

Zidane no estaba para rotaciones. Quizá porque una semifinal de un Mundial no se juega todas las semanas, el entrenador del Real Madrid decidió poner en Japón a sus mejores samuráis. Sin Ramos, eso sí, general en la reserva para la batalla final. Nacho y Varane ejercían de sargentos de la defensa y el centro del campo tenía a los soldados que llevaron a La Undécima: Casemiro, Kroos y Modric. Arriba, otra vez Lucas Vázquez se ponía el traje de Bale para acompañar a Cristiano Ronaldo y Benzema.

Catorce segundos tardó el América en trancar abajo. Cartas boca arriba desde el principio. Iban a pintar bastos y se preveían más palos que entre la directiva de Podemos. Los mexicanos salieron bravos, como si se hubieran tomado un chupito de tequila en el vestuario. El Real Madrid tardaba en coger el aire al partido.

Maduraban el partido los de Zidane como quien va engordando un pavo para zampárselo en Navidad. Alguna llegada de Marcelo y un córner a favor fue el bagaje del Real Madrid en los primeros diez minutos. Pero Zidane mandó a su equipo a presionar arriba y ahí empezó a cambiar el partido. Una acción de Cristiano Ronaldo en el minuto 14 fue el primer aviso de los madridistas, pero el luso estaba en fuera de juego como Pedro Sánchez en el PSOE.

En realidad, en el partido pasaban menos cosas que en una película de Isabel Coixet. Una falta de Sambueza a Cristiano pasado el minuto 20 daba al luso la oportunidad de encarrilar la semifinal a balón parado. No fue tal. El Madrid empezaba a contagiarse del ritmo cansino y lento, como una balada de Alex Ubago, que proponían los mexicanos.

El Madrid llama a la puerta

En el 25 la presión alta dio sus frutos al Real Madrid. Lucas robó la pelota, Cristiano dio un pase demasiado largo al canterano, que aun así tuvo tiempo para sacarse un centro medido al área que el propio CR7 remató picado… al palo. Toc, toc, los de Zidane llamaban a las puertas del gol por primera vez en el partido.

Y volvió a llamar cinco minutos después en otra falta de Cristiano que rechazó en segunda instancia el meta Moisés Muñoz tras otra volea del propio CR7. La jugada acabó con gol de Benzema, pero el Madrid tenía a medio equipo en fuera de juego. En los últimos diez minutos del primer tiempo empezó la avalancha blanca –negra en el partido– comandada por un Kroos que ya gobernaba el duelo y un Lucas Vázquez que convertía al Real Madrid en un equipo de derechas.

Y como siempre, en la prolongación, cuando ya olía a descanso, Benzema se vistió de Sergio Ramos para marcar tras una soberbia jugada al toque protagonizada por Modric primero y Kroos después. El Real Madrid encarrilaba el partido sobre el pitido final del primer tiempo. Pues eso: hasta el final, va el Real.

Tras el descanso el América intentó adelantar filas, pero la pelota seguía siendo patrimonio del Real Madrid. La Volpe cambió a defensa de cuatro para que su equipo fuera más ofensivo, pero sus jugadores estaban incómodos atacando como si llevaran los calzoncillos dos tallas más pequeños. Los de Zidane empezaban a tener latifundios para correr.

Perdona Cristiano

Precisamente en una contra el Real Madrid pudo hacer el 2-0. La comandaron Cristiano y Lucas Vázquez y la culminó el propio CR7, cuyo disparo se estrelló en el cuerpo de Goltz. Y volvió a tenerla Ronaldo cinco minutos después en un cabezazo a bocajarro que se fue a ninguna parte. No era normal que CR7 desperdiciara tres ocasiones claras en el mismo partido.

Zidane metió a James por un soberbio Kroos en el minuto 70, quizá pensando en dosificar al centrocampista alemán, tan necesario para el Real Madrid. El duelo estaba bajo control, al menos aparentemente. Transcurrían los minutos y el Real Madrid no cerraba el partido, pero monopolizaba la pelota. Morata suplía a Benzema. A los blancos les quedaban apenas diez minutos para estar en la final.

Y transcurrieron sin grandes sobresaltos, porque el Real Madrid supo guardar la ropa y lo hizo brazada a brazada, nadando con la pelota y abortando de raíz cualquier esperanza de revolución en las filas de los mexicanos. Eso sí, faltaba el gol de Cristiano Ronaldo, también en la prolongación, el que ponía la rúbrica a la victoria madridista. Misión cumplida y otra final para Zidane, el técnico al que algún iluminado llamó póster y marioneta.