Zapatero & ETA: oprobio histórico

El conocimiento público de las Actas de ETA vienen a confirmar lo ya intuído: que Zapatero siendo primer ministro hizo todo lo posible para que ETA dejara de matar y para ello ofreció todo lo que no debería haberse ofrecido, porque los terroristas estaban ya contra las cuerdas.
¿Qué sucedió? Como su gestión gubernamental política y económica era un desastre, alguien le convenció para que intentara pasar a la historia como el presidente que venció a ETA. Que la banda vasca dejó de matar, sí; que ETA fue vencida, decididamente no. Zapatero ofreció dinero, prebendas de todo tipo, les dio chivatazos para que los terroristas entonces en activo no fueran detenidos por la Policía francesa, reunió a sus emisarios con los asesinos, utilizó al fiscal general, Conde Pumpido, para perpetrar desmanes jurídicos…
La figura manchada de Zapatero tras sus trasiegos durante años con torturadores, asesinos, dictadores y ladrones caribeños, ya le había puesto en el anaquel oscuro de la historia, pero la confirmación (porque algo se sabía ya) de sus enjuagues con una organización terrorista que se llevó por delante la vida de mil personas, entre ellos niños y mujeres, y que dejó otros varios miles de heridos y expulsó del País Vasco a 275.000 ciudadanos, establece una línea de no retorno respecto a considerar al personaje como un auténtico indeseable.
Tenemos pocas esperanzas de que la Justicia española coloque al personaje en el lugar que se merece, esto es, en un duro banquillo de los acusados durante meses. Y como es uno de los personajes más repudiados por una gran mayoría de españoles de la actual hora, pretenden que la Justicia norteamericana ponga en su sitio al tipo que ha sido clave para el sostenimiento de aquella feroz dictadura venezolana. ¡Salvo que la China comunista le acoja en su seno…! Y con ello está todo dicho.