PRIMERA LÍNEA

Yllanes y el ‘caso Varadero’

Yllanes y el 'caso Varadero'

Siguiendo la senda de los mejores días de EL MUNDO/El Día de Baleares, OKBALEARES recupera el espíritu del periodismo de investigación. No es casual que parte significativa de su redacción proceda de aquellos días, mientras la prensa local subsidiada por el Pacte de Progrés no mueve un solo dedo en la defensa del papel del periodismo como cuarto poder, esto es, servir de contrapeso a los abusos del Ejecutivo en este caso el Govern que preside la socialista Francina Armengol.

Procedo de la vieja escuela y me duele el cobarde silencio de los corderos.
En septiembre del año pasado en la presentación a la sociedad mallorquina del digital Baleares, Eduardo Inda nos contaba la anécdota de la jugosa subvención económica que le propuso Maria Antònia Munar, siendo él director de EL MUNDO/El Día de Baleares, a condición de dejar de informar sobre las irregularidades de UM. Inda no aceptó el chantaje. Todos saben cómo acabó la cosa: ella en prisión y UM desmantelada.

Por cierto, tras los sucesos de inicios del 2010 el presidente Antich no tuvo la honorabilidad que le exigía el momento -ruptura del pacto con UM- al no convocar la moción de confianza que demandaba esa decisión. Las formas son importantes, siempre, además de reveladoras. Demostró la ausencia de autoridad en su liderazgo. ¿En manos de qué socialistas estamos? ¿Y qué decir de Armengol, yéndose de copas al Hat Bar en pleno confinamiento y una vez pillada infraganti –o sea, con las manos en la copa- tampoco tuvo la honorabilidad de dimitir? Estos socialistas desconocen el significado de la palabra. Se lo refresco: ser honesto y merecer el respeto de los demás.

Los últimos dos años el Pacte de Progrés se las prometía felices después de la desaparición –un capricho italiano- del único periódico verdaderamente independiente en la prensa local, hasta que llegó OKBALEARES. Conocemos bien las prácticas de esta izquierda radical que se cree libre de controles al subvencionar generosamente a la prensa escrita y medios audiovisuales tan alineados con esta parodia del poder. Pedro Sánchez lo ha demostrado con creces y no olvidemos, como dijo Marga Prohens, que “Francina Armengol es la alumna aventajada del Sanchismo”.

Días pasados el titular publicado en esta casa, El Govern de Armengol destruye el informe original que falseó para favorecer a empresas náuticas, mostraba las miserias de un pacto de izquierdas a la vez que señalaba directamente a altos cargos: el socialista Iago Negueruela y el podemita Juan Pedro Yllanes, ambos supuestamente implicados en la destrucción de pruebas y falsificación de documento oficial para frenar una investigación judicial en curso. El Govern de Francina Armengol está en la obligación de desmentir categóricamente esta información con datos incontestables. De lo contrario, quedará expuesto pública y manifiestamente el delito. El alcance probatorio es tozudamente transparente. Así pues, quien calle otorgará.

Porque según investigación periodística, primero se falsificó el documento y, descubierto el pastel, acto seguido se eliminó directamente ese documento.

En la información que firma Indalecio Ribelles se narra la manipulación de un documento oficial poniendo en cuestión la seguridad informática que da credibilidad a la Administración en su trato digital con los ciudadanos. Es, para entendernos, una demostración palmaria de la inseguridad jurídica a la que nos tiene acostumbrados este pacto de izquierdas y ahora con el caso Varadero se prostituye alarmantemente el trato directo con la ciudadanía.

Si Negueruela estaba en el ajo es bien comprensible, tratándose de la mano derecha de la presidenta socialista, o sea su peluche, y sabido es cuánto le gusta a esta tropa infame jugar con las cartas marcadas. Lo que no tendría perdón alguno es constatar que también Yllanes, el vicepresidente, y por añadidura podemita, estuviera al corriente de estas prácticas y guardase un silencio cómplice, precisamente él, que además procede de la magistratura.

El fundamento del Estado de Derecho es cumplir la Ley y para ello se le encarga a la magistratura por imperativo ciudadano esa tutela que está en la raíz misma de la democracia. Precisamente. lo que la dignifica y da sentido.
Juan Pedro Yllanes debe desmarcarse aportando pruebas concluyentes. De lo contrario quedará señalado para siempre. ¿Quién podría fiarse de él una vez regresado a la práctica de la magistratura? Salvo que aceptemos tomar con naturalidad esta deriva totalitaria, en cuyo caso asistiremos a certificar una sociedad enferma que no merece la libertad. ¿Baleares participa de este consentimiento? ¿Nos han prostituido tanto y tanto los sucesivos Pactes?

De confirmarse un silencio cómplice por parte de Yllanes, entonces queda en evidencia Podemos, descalificándose su continuidad en las instituciones.
De confirmarse que Negueruela también algo tuvo que ver, en buena lógica debería ser el final del Pacte de Progrés, porque ambos quedarían señalados por prácticas que oscurecen plenamente la dignidad de Baleares, cuando se deja en manos de irresponsables la fiabilidad de nuestro futuro.

El pueblo es soberano y que haga entonces lo que le venga en gana; tal vez condenar a la insignificancia a quienes han degradado nuestra dignidad.

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