Opinión

La transparencia prima en la hospitalización de la Reina Sofía

Sea de quien sea la decisión de emitir un comunicado para informar del ingreso en un centro de salud de la Reina Sofía, debido a una infección urinaria que le fue detectada el pasado martes en su residencia del Palacio de la Zarzuela, se puede calificar de acierto pleno el haber tomado esa decisión. A pesar de que la madre del Rey actual ya sólo ostente su tratamiento de Reina a título honorífico, no hay mejor modo de evitar cualquier tipo de especulación acerca de la naturaleza de la hospitalización de un miembro de la Familia Real que actuar con la mayor transparencia. Aunque lo que se publicó al día siguiente de ser hospitalizada fue una notificación escueta y simple, en la que se daba cuenta de que doña Sofía estaba afectada por una infección del tracto urinario, eso fue suficiente para que la opinión pública tuviera conocimiento fiel de lo que pasaba.

En la misma nota distribuida por el Palacio de la Zarzuela, se informó también de que la evolución de esa dolencia estaba siendo muy rápida y favorable, a pesar de lo cual la decisión de los facultativos fue que permaneciera ingresada en observación un poco más de tiempo. Más tarde, según fuentes próximas a la institución, se supo que la Reina Sofía se sintió indispuesta en la tarde del martes y que le subió la temperatura, motivo por el cual se tomó la decisión de trasladarla a la Clínica Ruber para medicarla y controlar su evolución. Lo último que se ha podido saber es que a pesar de que doña Sofía se encuentra bastante mejor, los doctores han decidido que permanezca ingresada y retrasar el momento de volver a casa, deseo que la Reina expresó a su hijo, el Rey Felipe, cuando acudió a hacerle una visita.

La noticia de la enfermedad de la Reina Sofía ha sorprendido bastante a la opinión pública, dada la buena salud y la energía que la madre de don Felipe ha mostrado siempre. Justo lo contrario de lo que han sido los innumerables episodios sufridos por el Rey Juan Carlos, su cónyuge, con un historial médico cuajado de episodios de todo tipo que le han obligado a pasar por quirófano en incontables ocasiones. Los que hemos acompañado en innumerables ocasiones a doña Sofía en sus viajes por países del Tercer Mundo, hemos comprobado su fuerza a la hora de escalar los monumentos más altos o esquivar el mal de altura en los países andinos que afectaba a muchos de sus acompañantes.

En cualquier caso, creo que dar un paso adelante por parte de los responsables de Comunicación de la Casa del Rey para evitar el que se especulara con la infección de doña Sofía ha sido un acierto total que ha desechado la posibilidad de que se tuviera un conocimiento parcial y poco preciso de la afección que ha causado su ingreso hospitalario. Ésa es la forma adecuada de proceder si se cree que la transparencia es imprescindible para que la ciudadanía confíe en el modo de proceder de la primera institución del Estado.