Sánchez no quiere un presidente en RTVE, sino un comisario político

Sánchez no quiere un presidente en RTVE, sino un comisario político

Lo vivido en el Consejo de RTVE no tiene precedentes: la presidenta interina del ente público, Elena Sánchez, fue destituida por orden de Moncloa después de que ella cesara minutos antes al director de contenidos generales, José Pablo López. Estaba claro que el Gobierno no iba a aceptar que ella permaneciera en el cargo después de que se atreviera, con el apoyo de los consejeros del PP y uno de Podemos, a acabar con el hombre de Moncloa. La respuesta del Ejecutivo fue inmediata y Elena Sánchez pagó cara su afrenta. Pedro Sánchez dejó claro que la televisión pública española no se escapa de sus dominios y que es él quien controla sus hilos.

Que Elena Sánchez se atreviera con José Pablo López, puesto en el cargo por el Gobierno, era algo inadmisible para Moncloa. La reacción no se hizo esperar y el consejo de RTVE se convirtió en todo un aquelarre, un puro despropósito que revela hasta qué punto la televisión pública española se ha convertido en la correa de transmisión de un Ejecutivo reñido con la pluralidad informativa. Sánchez, no nos engañemos, no busca un presidente, sino un comisario político que cumpla a rajatabla los designios del socialcomunismo. José Pablo López lo hacía, sirviendo, de paso, a los intereses empresariales de los amigos de Pedro Sánchez.

Por eso su destitución fue para Moncloa toda una declaración de guerra que le ha costado el puesto a la hasta ahora presidenta interina. ¿Se acuerdan cuando Pedro Sánchez acusaba al Gobierno de Rajoy de haber ocupado la televisión pública y acabado con la libertad de información? ¿Recuerdan las concentraciones de los sindicatos y trabajadores denunciando al Ejecutivo popular de censura? Sánchez prometió devolver la democracia informativa a RTVE, pero la ha convertido en un coto privado (y de sus amigos) en el que quien se mueve y se aparta del guión es guillotinado sin mayores miramientos. ¿De quién depende RTVE? Del Gobierno: Pues eso.

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