Opinión

Romance de bienvenida a don Juan Carlos

La regata en Sanxenso,
por segunda vez ha venido,
contento, tenía morriña,
Don Juan Carlos, Rey emérito.

De comité de bienvenida,
si es contra los Borbones,
raudos se han apuntado,
echeniques y errejones.

También se suma Yolanda,
y el PSOE de perfil calla,
que es una visita privada,
y dicen no saber nada.

Nos recuerdan sus pecados
con la agencia tributaria,
y escarceos amorosos
con una princesa aria.

Pero ongietorri a Txapote
e indultos a los Junqueras,
premios para violadores
y a Delcy llevar maletas.

Chapuzas día tras día,
pero nada de esto cuenta,
es la visita del Borbón,
lo que parece una afrenta.

Así que nada de verle
y que pronto se nos vaya.
Ondeemos la tricolor
y celebremos la Diada.

Más quién no haría lo mismo:
dejar aquí su corazón,
pero mientras, por si acaso,
en Suiza abrir un libretón.

Conociendo algo de historia
comprendo algo más su razón
recordemos a su padre
que en Portugal se exilió.

Y por Cartagena a Italia
en barco tuvo que marchar,
Alfonso XIII, su abuelo,
hasta el día de su final.

Su bisabuelo, Alfonso,
el XII, muy joven murió,
por eso no le dio tiempo
y el destierro no sufrió.

La tatarabuela, Isabel,
la de los tristes destinos,
tuvo que partir a Francia,
donde la muerte le vino.

Desde Fernando VII,
hace ya doscientos años,
no muere en España un Rey,
salvo Alfonso el malogrado.

Así se entiende un poco más
que sus euros se llevase,
no iba a dejarlos en España
para cuando lo echasen.

Pues éso es lo que desean
quienes mandan en la nación,
indepes y comunistas,
quemando fotos del Borbón.

Pero muchos españoles
le damos la bienvenida,
sin rencores, agradecidos,
le deseamos larga vida.

En mi ciudad sólo hay río,
no hay barco ni una playa
pero si su amigo faltara
tiene aquí, usted, su casa.

Como la de tantos otros,
para cuando le dé la gana.
Bienvenido sea, el emérito.
¡Viva el Rey, y viva España!