Paradores confirma que la juerga de Ábalos existió

Yo, que soy de ciencias, necesito tener los temas bien ordenaditos para entenderlos bien y me imagino que a muchos de vosotros os pasará lo mismo. Así que os explico cómo ha sido exactamente la secuencia de acontecimientos ocurridos en el Parador de Teruel. La famosa juerga del socialista José Luís Ábalos que se llevó una furgoneta llena de prostitutas desde Valencia y terminó con la suite del Parador destrozada y las camareras escandalizadas, ocurrió el 15 de septiembre de 2020, en plena pandemia. Esa noche también estuvieron alojados en ese mismo establecimiento hotelero tanto la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Pilar Alegría, como el entonces presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán.
La noticia la publicó en exclusiva OKDIARIO el 7 de abril de 2025. Ese mismo día 7 la empresa pública dependiente del Estado, Paradores, presidida por la socialista Raquel Sánchez Jiménez, ex ministra de Transportes con Pedro Sánchez, abrió un expediente de información contra los trabajadores que confirmaron la información a OKDIARIO. Al día siguiente, el 8 de abril de 2025, Paradores envió una carta a esos tres trabajadores amenazándoles con un despido disciplinario, para lo que les concedió un escasísimo plazo de alegaciones que concluyó el viernes 11 de abril de 2025. Y sólo después de concluido ese plazo, cuando la empresa pública se aseguró de que las amenazas habían surtido efecto y los trabajadores que revelaron un comportamiento inapropiado de un cargo público habían sido amordazados de forma ejemplarizante, Paradores emitió un comunicado el lunes 14 de abril de 2025 desmintiendo «categóricamente» sólo que se hubieran producido daños en sus instalaciones.
Resultaba extrañísimo que hubiera transcurrido una semana entera desde que OKDIARIO publicó la información el 7 de abril, hasta que el día 14 Paradores emitiera su comunicado. Plazo que sólo ahora cobra sentido al conocerse cómo la empresa pública presidida por una socialista ex ministra de Pedro Sánchez había utilizado ese tiempo para apretar mafiosamente a aquellos empleados que se habían comportado honestamente, denunciando la inmoral actuación de un cargo público socialista, encubierta por el resto de socialistas que pasaron aquella noche en el mismo establecimiento.
Tan extraño como que en dicho comunicado sólo se nieguen unos destrozos difícilmente demostrables cinco años más tarde, pero que no se atrevan a negar la presencia en sus instalaciones de una furgoneta cargada de prostitutas traídas desde Valencia.
Evidentemente, la juerga con prostitutas ocurrió en plena pandemia de Covid, como denunció OKDIARIO. Por eso el comunicado emitido por Paradores una semana más tarde no la desmintió, sino que sólo se atrevieron a negar los destrozos tras asegurarse de tener amordazados a sus trabajadores con tres cartas amenazantes que no les habrían enviado para conseguir su silencio en el caso de que la bacanal no se hubiera producido. Por ese motivo tardaron una semana en desmentir los destrozos después de haberse comportado como unos auténticos mafiosos con unos trabajadores que, por cierto, pueden esperar sentados a que venga algún sindicalista comegambas de UGT o CCOO a defenderlos.
Por si faltaba algún dato para confirmar que el único objetivo de la carta amenazante dirigida por Paradores a sus trabajadores era asegurarse de su silencio antes de salir a negar los destrozos, sólo hay que fijarse en que en ella se hace mención a una normativa de «protección de datos» que en realidad sirve para proteger los llamados «datos personales», como son el DNI, dirección, estado civil, edad, formación, profesión, ingresos, patrimonio… pero especialmente se protegen datos como ideología, raza, religión, etc.
Estaría bueno que una simple ley de protección de datos impidiera denunciar un comportamiento como el del exministro sanchista José Luís Ábalos, que se montó una juerga con prostitutas con dinero público durante la pandemia. Amordazando a sus trabajadores, la empresa pública Paradores, presidida por una socialista, confirma que la juerga existió.