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Almeida, un chico de barrio en la Familia Real

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José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, se casa este sábado con Teresa Urquijo Moreno, prima de Felipe VI. Será la gran boda del año y la primera boda digamos real que se celebra en Madrid desde hace muchísimo tiempo. No sólo por el parentesco de la novia con la familia Borbón –la madre de la novia, Beatriz Moreno, es hija de Teresa de Borbón, hermana del desaparecido duque de Calabria, Carlos de Borbón Dos Sicilias, familia muy directa como prima de Felipe VI y sobrina del rey Juan Carlos–, sino por la presencia de casi toda la Familia Real en la ceremonia que se celebra este sábado en la parroquia de San Francisco de Borja. Esta iglesia es conocida a nivel popular como la de los Jesuitas. La boda supone una gran unión entre el mundo de la política y el de la aristocracia, reuniendo a invitados de altísimo nivel en el templo de la calle Serrano, donde hay que esperar un año para poder casarse.

El título de esta crónica no es gratuito. Simplemente, es el origen del novio, José Luis Martínez-Almeida, el soltero de oro, apodado cariñosamente Pepito, querido y admirado alcalde de Madrid desde junio de 2019 por el Partido Popular, amén de abogado del Estado, que siempre vivió en el madrileño barrio de Tetuán, uno de los seis grandes barrios de Madrid de nivel socioeconómico heterogéneo. Y aquí empezará su vida en común con Teresa Urquijo, tras el regreso de su viaje de novios por las islas Maldivas y Bután, en el piso de arriba que le compró a su padre. El alcalde ha vivido siempre en este barrio desde que nació como hijo menor de los seis, Casilda, Alfonso, Ángeles, Magdalena, Rafael y José Luis, del matrimonio de Rafael Martínez-Almeida, fallecido en 2012, y Ángela Navascués, fallecida en 2019.

Todo el menos de un año

José Luis estaba predestinado a emparentar con los Borbones ya que su abuelo, Pablo Martínez-Almeida, abogado del Estado como él, fue consejero de Don Juan. Y su padre, muy relacionado con el rey Juan Carlos. Además, sus padres tuvieron como padrinos de boda a los condes de Barcelona.

La historia sentimental de José Luis y Teresa, una licenciada en Derecho y Administración de Empresas y que ha ejercido su profesión financiera en países como Filipinas, Reino Unido o México, es muy curiosa, ya que se conocieron en febrero de 2023. Hubo flechazo, hasta el extremo de que, cuando días después coincidieron en un desayuno y en abril volvieron a encontrarse, ella le envió un mensaje preguntándole cuándo podrían quedar. José Luis le respondió: «El lunes, el martes, miércoles, jueves, viernes, sábado o domingo». Y fue el viernes, 12 de mayo, cuando se comprometieron. El 4 de junio se hizo oficial y público su noviazgo en el tendido 9 de la plaza de toros de Las Ventas, ante Felipe VI, durante la feria de San Isidro. El 27 de enero pasado, la pedida en la finca Los Molinillos, propiedad de la abuela paterna de la novia. Y la boda, hoy, 6 de abril. Todo en menos de un año.

La novia, a diferencia de su prometido –que se ha quedado sin despedida de soltero–, junto a siete de sus amigas más íntimas disfrutó de un intenso fin de semana en Milán.

Familia real en la boda

Este sábado, a las doce del mediodía, la iglesia de los Jesuitas, como se la conoce, la misma en la que en 1966 se dieron el «sí, quiero» los padres del novio, con casi toda la Familia Real como testigo, se dan cita para asistir a la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, de 48 años, con la aristócrata Teresa Urquijo de 26. Para ello, el rey Don Juan Carlos se trasladará especialmente desde el exilio. No hay que olvidar la relación que le unía con el tío abuelo de la novia, Su Alteza Real Carlos de Borbón Dos Sicilias, duque de Calabria, a quien el Rey otorgó el título de Infante de España. Presente no sólo lo más importante de la aristocracia española sino también toda la plana mayor del Partido Popular,del que el novio es uno de sus mas ilustres lideres. Núñez Feijóo ya ha confirmado su asistencia.

El vestido de boda

Dato curiosísimo de esta boda es que la novia ha decidido casarse con el mismo traje, naturalmente adaptado, que llevó no sólo su madre Beatriz Moreno de Borbón Dos Sicilias, cuando se casó en junio de 1995, sino también su abuela, Teresa de Borbón Dos Sicilias, en abril de 1961, en la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha. Desgraciadamente, la novia no podrá llevar la impresionante tiara de Chaumet de diamantes y rubíes, vendida hace años a la millonaria familia Lin.

Este traje fue obra del gran modisto Pedro Rodríguez. Más tarde, adaptado para Beatriz, madre de Teresa, por Eduardo Ladrón de Guevara. En esta ocasión es Cristina Martínez Pardo, del taller de Navascués. El novio, naturalmente de chaqué gris de Fernández Prats, sastrería especializada en este tipo de ropa para hombres.

Lhardy servirá el banquete

A tal boda, tal banquete, ofrecido en la finca El Canto de la Cruz, en la localidad de Colmenar Viejo, a 37 kilómetros de Madrid, propiedad de los abuelos maternos, los marqueses de Laserna, Teresa de Borbón y Borbón, prima del rey Juan Carlos e Íñigo Moreno de Arteaga, donde la princesa de las Dos Sicilias se dedica a la cría de caballos de pura raza árabe con su yeguada Flor de Lis.

En esta espectacular finca de 24 hectáreas se ofrecerá el banquete de bodas, preparado por Lhardy, el famosísimo y aristocrático restaurante, sinónimo de la mejor tradición gastronómica en la madrileña Carrera de San Jerónimo, inaugurado en 1839, preferido por la reina Isabel II y el restaurante más veces nombrado en la literatura española.

Según personas del entorno de los novios, el menú que se ofrecerá a los casi 400 invitados, será el de 175 euros por cabeza con un coste aproximado de 90.000 euros, más o menos. Un menú en el que habrá de todo. Los centros florales en las mesas han sido diseñados por Aquilea, las tías floristas de Teresa Urquijo.

Chsss…

La mujer del césar (Pedro) no sólo tiene que parecer ser ejemplar sino serlo. Y ella, Begoña, no lo es.

¿Quién es esa famosa a la que se le vio escupir un chile que mascaba, en la mano de su secretario o ayudante? Esto me recuerda una triste historia que presencié en mi querida Andalucía, concretamente en Jerez, cuando un conocido señorito de tomo y lomo de cuyo nombre no quiero acordarme iba echando la ceniza de su pitillo en la mano de su capataz. ¡Ganas me dieron de darle una patada al señorito y a su pitillo!

¡Increíble! A la famosa socialité madrileña una feligresa marbellí le prohibió la entrada a los oficios religiosos en la iglesia de la Encarnación de Marbella, durante la Semana Santa.

Su excesiva actuación pública religiosa en la pasada Semana Santa no se sabe si la ha hecho para llenar el vacío o para que se vea el vacío real que hay.

Mi admirada reina argentina de los Países Bajos ha aprendido a la perfección un idioma tan difícil como el holandés mientras que ella, que lleva 60 años en España, no habla bien el castellano.

Me dicen que ha gastado 820.000 euros en obras para acondicionar su retiro vacacional en Doñana. Su esposa ya gastó unos cuantos cientos de miles cuando decidieron veranear en La Mareta.

No existe la menor duda que la muchacha sabe rentabilizar su busto parlante: 2.500 euros cada vez que aparece semanalmente en el programa,lo que hace 10.000 euros al mes. ¡Y parecía tonta!

De gratuito exhibicionismo y provocación la compra de un yate de 72 metros de eslora por el que ha pagado 182 millones de euros. El anterior, que ha vendido, medía 68,77 metros. Dicen que tiene piscina. ¿Para qué necesita una piscina en un yate, teniendo todo el mar para bañarse?

¡Qué sentencia más ridícula!: Dos años y medio de cárcel y 100.000 euros por un…¡piquito! Claro, que tirando del hilo de ese ovillo… Con tal motivo, El Roto publica en El País una viñeta sobre el beso de Judas preguntando: «¿Fue consentido?».

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