Iglesias y Podemos, marionetas de Putin

Pablo Iglesias Putin
Pablo Iglesias Putin

El Gobierno sigue mintiendo y pone a circular otro bulo: “España ha sido el país que más contacto ha tenido con la Administración Biden en las últimas semanas”. Los hechos lo contradicen. El presidente de EEUU contactó – telefónicamente – con el primer ministro británico, Boris Johnson; el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholtz; el primer ministro Italiano, Mario Draghi; el presidente polaco, Andrzej Duda, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyden, para debatir la respuesta ante una virtual agresión a la Ucrania de Volodímir Zelenski, por el exagente del KGB y actual presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin. Una vez más, los delirios de Sánchez, quedaron en evidencia. Biden lo excluyó en la ronda de llamadas y pasó -olímpicamente- de él, porque detesta las alianzas con comunistas. Le dan mal fario.

The Economist, cuyos análisis sobre relaciones internacionales crean escuela, tituló un texto clarificador: In the Kremlin´s pocket («En el bolsillo del Kremlin»), advirtiéndonos de que Podemos era “un partido abiertamente pro-ruso” y de que su líder, Pablo Iglesias, era “una marioneta en manos de Putin”. Lo cual acredita las gilipolleces que suelta este títere: “Ya no soy político, puedo decir la verdad”. En fin, que no para de mentir, igual que la ministra Portavoz, la pizpireta Isabel Rodríguez que, sabiendo que Biden pasa mucho de Sánchez, no se corta un pelo al asegurar que: “Hay una relación extraordinaria entre España y los Estados Unidos”. Para ser exactos, la relación es nula. Hasta que no salgan del Gobierno los inútiles y nocivos ministros comunistas y las socialistas temerarias y falaces, Biden continuará mirando por encima del hombro al maniquí.

“¡No a la guerra!”, grita el hipócrita, atendiendo instrucciones de su amo feroz, mientras los tanques de Putin marchan sobre Kiev para tensar el conflicto de Ucrania. Iglesias, la marioneta anti-OTAN, hace lo que le obligan a hacer: apoyar un marxismo violento que se extingue, tan lenta e irremisiblemente, como él. Nacido en un sótano – valga la imagen retórica – odia la luz que proyectan las naciones civilizadas. Carlos Edmundo de Ory, poeta sublime, resumiría las ínfulas del que va de revolucionario heroico, en un verso irónico y cruel: “Es un rey desterrado en un retrete”. La ley le busca debido a sus múltiples fechorías, siendo la última la escandalosa filtración de los datos del CIS antes de que los hiciera públicos otro que tal baila, el siempre indecente Tezanos. El guiñol de Putin cuenta con peleles a granel para desestabilizar a Occidente.

Sánchez se ha rodeado de las peores tribus y de las marionetas más peligrosas, gentuza que le vitorea y anima a abusar del poder. Basa sus campañas “en desmontar las mentiras de la derecha”, cuando son sus socios los que mienten sin parar. Ya no cree, ni siquiera, en esos sondeos que él mismo manipula. Las cifras le están traicionando. En las próximas elecciones saldrá de la Moncloa como un cohete con destino a la nada.

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