Feijóo dobla el pulso al trilero Sánchez

El acuerdo alcanzado entre PSOE y PP para renovar los órganos jurisdiccionales consta de dos etapas: primero, cambio de nombres en el CGPJ y el TC; después, con el Consejo General del Poder Judicial ya renovado, un cambio de modelo para dotar de mayor independencia a los jueces a la hora de elegir a sus miembros, un salto cualitativo que debería acabar o mitigar considerablemente la politización de la justicia.

Es la condición que puso el PP de Alberto Núñez Feijóo y la UE: renovación y cambio de modelo, por ese orden. Será el CGPJ quien se encargue de sentar las bases para una reforma de la ley que saque a España del vacío en el que se encontraba después de que el Gobierno de Pedro Sánchez haya pretendido asaltar la justicia.

Ahora bien, confiar en la palabra del presidente del Gobierno es un ejercicio de alto riesgo, pues no es en absoluto descartable que una vez logrado su propósito de renovar el CGPJ, se resista a cumplir su promesa de cambiar el modelo de elección, algo para lo que PSOE y PP se han dado un plazo de seis meses.

Por fortuna, la UE estará vigilante, de modo que Pedro Sánchez -por mucho que lo intente- tendrá difícil no cumplir su palabra. Y no porque la palabra de Sánchez valga demasiado, sino porque la UE puede cerrar el grifo de las ayudas a España si el trilero Sánchez se desdice de su compromiso. La situación ha pasado de castaño a oscuro y Bruselas tiene claro que el acuerdo alcanzado entre los grandes partidos españoles es de obligado cumplimiento.

En los próximos días, el CGPJ tendría que salir de la actual situación de bloqueo y ponerse a trabajar de inmediato en una reforma legal que otorgue a los jueces mucha mayor capacidad de elección, algo a lo que el Gobierno se ha venido resistiendo. Dada la proverbial querencia de Sánchez al engaño no es descartable que el presidente trate de hacer alguna de las suyas, pero entonces ya sabe a qué se enfrenta: a que la UE nos congele las ayudas. Menos mal que estamos en manos Bruselas