España no puede estar en manos de un capo de la mafia

España no puede estar en manos de un capo de la mafia

Cuando las sombras de la corrupción más putrefacta se ciernen sobre La Moncloa, Alberto Núñez Feijóo ha emergido con una contundente comparecencia que no es solo un acto político más; es un grito de alarma ante el preocupante deterioro que sufre nuestro sistema democrático. Feijóo ha comprendido que ante la gravedad de los acontecimientos que rodean al Gobierno de Pedro Sánchez, no cabe el silencio cómplice ni la tibieza calculada. Su diagnóstico es certero y demoledor: «Democracia o mafia». No hay términos medios cuando las instituciones se ven amenazadas por prácticas que recuerdan más a una organización criminal que a un gobierno democrático.

La convocatoria de una manifestación para el próximo 8 de junio constituye un ejercicio legítimo y necesario de movilización ciudadana. Los hechos hablan por sí solos. Cuando, como señala Feijóo, «todas las personas de confianza» del presidente están «imputadas o señaladas», nos encontramos ante una situación que trasciende lo meramente político para adentrarse en el terreno de la emergencia democrática. No es una cuestión de siglas partidistas, sino de salvaguardar los principios fundamentales de nuestro Estado de Derecho.

Cuando el Gobierno se convierte en una amenaza para la propia democracia, como sucede con un PSOE plagado de escándalos, la oposición tiene el deber moral de ofrecer una alternativa de regeneración y limpieza. Es verdad que las mociones de censura no se anuncian sino que se presentan, pero la jugada de Feijóo busca retratar a aquellos que desbancaron al PP del poder en 2018 en nombre de la transparencia y la honorabilidad institucional, para colocar en su lugar a una mafia cuyo cabecilla tiene nombre y apellido: Pedro Sánchez.

Lo último en Opinión

Últimas noticias