A ERC le puede la ansiedad

A ERC le puede la ansiedad

Gabriel Rufián cargando en el Congreso contra el presidente del Gobierno al que su partido ayudó a investir; un diputado del grupo de ERC, Joan Josep Nuet, que se desmarca del ‘no’ a la prolongación del estado de alarma y se abstiene; el histórico de esta formación, Joan Tardà, pidiendo a su partido que mantuviera la abstención a dicha prolongación; un vodevil en Badalona con un acuerdo entre el PSC y la agrupación local de ERC; una campaña en medios de comunicación secesionistas contra la gestión de la consejería autonómica de Salud, en manos de ERC…

Los nervios en Esquerra Republicana están a flor de piel. El ser un partido de gobierno en Cataluña, con influencia sobre el PSOE tras el paso a la irrelevancia en el Congreso de JxCAT, y con un poder territorial notable debería garantizar cierta tranquilidad, pero el runrún que respira el entorno republicano es de una tensión incontenible. Un presunto caso de acoso sexual del jefe de gabinete del ex consejero de Exteriores, Alfred Bosch, está dando paso a un linchamiento político por parte del propio secesionismo del que, hasta hace unas semanas, era el responsable de la propaganda internacional del Govern. Sin sentencia judicial, solo con una investigación interna. Podría parecer que ERC quiere mantener una línea de comportamiento ejemplar. Pero al consejero de Asuntos Sociales, Chakir el Homrani, se le han muerto más de tres mil ancianos en residencias durante la pandemia, mientras los trabajadores de estos centros apenas tenían medios de protección, y ahí sigue en su cargo.

En ERC no saben qué hacer ante lo que les viene encima. Temen que perderán las elecciones al Parlament contra los neoconvergentes de Puigdemont, cuyo calendario controlan a través de Torra. Los de Junqueras llevan desde 1980 intentando ser el partido hegemónico en la cámara autonómica catalana, y ven que les van pasando por delante todos los trenes. Su gran oportunidad para promocionar a su valor en alza, Pere Aragonès, el actual vicepresidente económico de la Generalitat, ha quedado en agua de borrajas. El plan de ERC era aprobar de los presupuestos de la Generalitat, tras tres años con las cuentas prorrogadas, y venderlo como un logro de Aragonès, que había sabido “atraer” a las filas separatistas a los ‘comunes’, cuya abstención permitió el “sí” del Parlament. Pero llegó el COVID-19, y las cuentas han quedado desfasadas antes de su puesta en marcha. Ya nadie habla del gran “negociador” Aragonès, porque todo el foco mediático está en las mascarillas, los tests, la crisis económica y, en el bando separatista, el “España nos mata” porque en una Cataluña independiente, según su argumentación enfermiza, hubiera habido menos fallecidos por el coronavirus.

Y como las consecuencias del “España nos mata” las gestionan dos consejerías en manos de ERC, Salud y Asuntos Sociales, el fuego amigo convergente es brutal. Primero fue la desautorización pública de Torra quitando las competencias en residencias de ancianos a El Homrani y pasándolas a Salud. Y luego poniendo el punto de mira sobre la sanidad catalana. Por ejemplo, un diario con pedigrí secesionista como el ‘Ara’ haciéndose eco de las críticas del Consejo Asesor de Salud reprochando a esta consejería haber infravalorado la pandemia. O TV3, mediante el protoconvergente Ricard Ustrell, revelando que el Govern solo había hecho treinta y dos pruebas PCR de las 170.000 que había prometido.

ERC intenta conseguir oxígeno entre el electorado secesionista desmarcándose a marchas forzadas de los socialistas. El ‘no’ al estado de alarma es una prueba. Pero también lo es el ‘no’ al acuerdo PSC-ERC en Badalona. La Ejecutiva que aún controla Junqueras ha desautorizado a su agrupación local, a pesar del botín que supondría tener durante año y medio la que sería la alcaldía más importante en manos de esta formación. Pero todo lo que huela a acuerdo con los de Iceta les quema. Y como el miedo se huele, Joan Josep Nuet, un maestro del oportunismo político, ha decidido desmarcarse de Rufián.

Nuet pasó de la Izquierda Unida catalana a la formación de Junqueras, buscando campos más fértiles. Pero ahora Alberto Garzón está en el Gobierno de España, y Esquerra a saber si detentará algún día la presidencia de la Generalitat. Y Tardà, que en el río revuelto que es ahora ERC se permitió dar “consejos” a la dirección de su partido para que se abstuviera y dar oxígeno al Gobierno, a las pocas horas se marcó un artículo en ‘El Periódico’ dando collejas al PSC por su falta de compromiso por no apoyar las cuentas de la Generalitat, y al PSOE por no asumir las “cuestiones pendientes relativas a los presos, represaliados y exiliados”. La ansiedad puede a Esquerra, y posiblemente sea la causa de su próxima derrota electoral.

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