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Descenso de las alturas de Negueruela y Sánchez

Descenso de las alturas de Negueruela y Sánchez

Iago Negueruela y Rosario Sánchez, actuales portavoces socialistas en el Parlament y el Ayuntamiento de Palma, son los subalternos de una Francina Armengol, que ha impulsado, compaginando su dirección en Baleares con la altura de su nuevo cargo, un furibundo y despiadado ataque a quienes creen que de manera totalmente injustificable detentan, mejor dicho, usurpan, el Govern.

Desde el primer día de verse en la oposición y desde el convencimiento de su supuesta autoridad moral, Negueruela y Sánchez han venido descalificando cualquier iniciativa de quienes, entre otras cosas, han tratado de enmendar errores y olvidos de ocho años de gobierno ineficiente. Pero hasta aquí llegaron las aguas.

Si acaso escampa, que a estas alturas del actual entuerto se antoja difícil, antes que nada habrán de tratar de justificar lo que ocurrió en plena pandemia con las mascarillas, pero a la vez «satisfactorias», pero sobre las que dos años después, el actual Govern se ha visto en la necesidad de solicitar la devolución, que, está por ver, de parte de su importe y sin haber podido utilizarlas por inadecuadas y desde entonces, guardadas y sin usar en un almacén.

Mientras, no estaría de más que se impusiera un mínimo sentido común y, aUn desde la discrepancia, las relaciones políticas dejaran la actual violencia y crispación. Los ciudadanos seguro que lo agradeceríamos.

MARTES: FALTO VISIÓN DE FUTURO. Pongamos que hablo de Granada. En el año 2002 Granada edificó un palacio de congresos. En su aeropuerto cambian solo dos aviones y los congresistas debían alojarse a 100 kilómetros, en Torremolinos. Pero apostaron por su futuro. El Palacio de Congresos de Palma nació en 2017, 15 años después, teniendo Mallorca un gran aeropuerto y una mejor planta hotelera, pero la hostelería apostaba entonces solo por un turismo de sol y playa. Hoy se constata que aquello fue un gran error y el Palacio de Congresos tiene ya un gran crecimiento como motor económico y cultural de la ciudad.

Hete aquí los datos que lo demuestran: durante el año 2023 se celebraron 139 eventos y 11 grandes congresos y sus más de 70.000 asistentes generaron un impacto económico de 52,4 millones de euros en Palma en gastos en comercios, transporte, gastronomía y estancias en hoteles. Y algo más, el 88% de la actividad tuvo lugar fuera de los meses de verano, lo que ha contribuido a la desestacionalización turística, generando para Palma y zonas próximas, más de 90.000 estancias hoteleras. Hablamos ahora de reconvertir la primera industria, dotarla de mayor calidad y desestacionalizarla, pero por aquí debía haberse empezado años atrás, porque en Mallorca ya no cabe un turista más. Ha faltado perspectiva y visión de futuro.

MIÉRCOLES: UN FRACASO TOTAL. En Baleares, en los últimos 20 años, de las aproximadamente 75.000 viviendas que se han construido, apenas 1.500 inmuebles los han promovido el Govern o los ayuntamientos de las Islas, según datos el Institut Balear d’Estadística. La construcción de vivienda pública sigue siendo una de las asignaturas pendientes de las administraciones, ya que se trata de uno de los mayores y principales problemas ciudadanos. Para ser efectiva, la cifra de VPO debería llegar a más de 20.000 viviendas. Cuando el Pacte llegó al Govern, en el año 2015, el número de viviendas de propiedad pública era de 1.756 pisos. Baste decir que el proyecto de Son Busquets de Palma –831 viviendas—ha tardado 15 años en poder construirse. A esta historia se le llama todo para el pueblo, pero sin el pueblo.

JUEVES: DE UM AL PI REGRESANDO A UM. Doce años después de sumirse en una disolución, fruto del gatuperio, Unió Mallorquina trata de volver a aparecer. Lo que sustituyó a sus restos no procesados, o sea el Pi, ha manifestado que «esta refundación no es el camino a seguir para el centro nacionalista y regionalista ya que el PI y UM no son la misma formación política». Lo fueron, son y serán. Resumiendo: distintos collares para los mismos miembros.

VIERNES: DELINCUENCIA A GRANEL. La Estación Intermodal de trenes y autobuses, por la que pasan a diario más de 20.000 pasajeros, se ha convertido en escenario para la práctica de la prostitución así como la venta de drogas. Y el Parc de Ses Estacions, en un punto de delincuencia en pleno centro de Palma. Debería haber presencia policial permanente en los accesos de la Estación Intermodal y del parque, pero no es así. ¿Queremos una ciudad segura? Pues por aquí debería comenzar. Lo que sucede es una auténtica irresponsabilidad tanto de la Policía Local como de la Nacional.

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