De la conjunción planetaria al paseíllo meteórico

De la conjunción planetaria al paseíllo meteórico

El encuentro se quedó en paseíllo, un breve recorrido de 29 segundos en el que Pedro Sánchez tuvo ocasión de abrir la boca -conversar es otra cosa- durante la escueta caminata con Joe Biden en la cumbre de la OTAN. Resulta sencillamente patético el intento del Gobierno socialcomunista de rentabilizar ‘eso’ que en términos diplomáticos no es reunión, ni encuentro, pero a que el presidente del Gobierno le basta para vender su apresurada cita con el presidente de Estados Unidos. El paseíllo se presta a chanza: dice Sánchez que felicitó a Biden por su agenda progresista y hablaron de reforzar los lazos militares y de Latinoamérica.  Todo en 29 segundos. Si diéramos por buena la versión de los hechos de Sánchez, el presidente tendría que haber movido la lengua a la velocidad de la luz, porque descontando la protocolaria felicitación del presidente al dirigente norteamericano por su ‘agenda progresista’ -como poco 7 segundos-, le quedarían 22 para hablar del refuerzo de los lazos militares y de Latinoamérica. La lengua de Sánchez no es humana: es un prodigio supersónico.

Bromas aparte, el asunto de fondo es que el Gobierno socialcomunista ha vuelto a poner en marcha la maquinaria de la propaganda más cateta: provoca vergüenza comprobar cómo ‘eso’ que no es encuentro, ni reunión, ni nada merece para el Gobierno la categoría de hito para tapar los indultos. Si la reunión de Zapatero con Obama fue definida por Leire Pajín, aquella ministra socialista de intelectualidad cósmica, como una «conjunción planetaria», lo de Sánchez con Biden es un paseíllo meteórico. Que nadie se engañe: el tiempo que el presidente de Estados Unidos le ha dedicado (por decir algo) al presidente del Gobierno es directamente proporcional a la importancia que la Administración de Estados Unidos otorga al Ejecutivo socialcomunista. Visto y no visto. Si Sánchez cree que 29 segundos con Biden sirven para desviar la atención de su traición a España con el indulto a los golpistas catalanes es que ha perdido la noción de la dignidad y el tiempo.

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