De condenada por ensalzar a ETA a integrante de la Comisión de Secretos Oficiales
Preso del chantaje de golpistas y proetarras, Pedro Sánchez ha cometido la ignominia de meter a Bildu y ERC en la Comisión de Secretos Oficiales, donde el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) presenta a los diputados información reservada que afecta a la seguridad del Estado. Se da la terrible paradoja que en representación de Bildu estará su portavoz, Mertxe Aizpurua, que fue condenada por apología del terrorismo y que como editorialista de Egin señalaba los objetivos de la organización terrorista ETA.
Estamos ante un caso sin precedentes en ninguna democracia: los lobos al cuidado de las ovejas. La amenaza de separatistas y herederos políticos de ETA a raíz del supuesto caso de espionaje Pegasus ha dado resultado y Sánchez ha claudicado. Es difícil de entender que un presidente del Gobierno ceda y permita que los declarados enemigos de España puedan tener acceso a informaciones relevantes que afectan a la seguridad nacional, pero para Sánchez la dignidad es un concepto relativo.
Mertxe Aizpurua fue directora del diario proetarra Gara entre 1999 y 2004, pero antes, cuando era directora de la revista Punto y Hora de Euskal Herria, fue condenada en 1984 por la Audiencia Nacional a un año de prisión, con suspensión de profesión durante el mismo tiempo, como autora de un delito de apología del terrorismo. Y es que en un editorial titulado «Por los gudaris (soldados vascos) de ayer y de hoy» se exaltaba a ETA. Después, cuando pasó a trabajar en Egin, diario batasuno clausurado por la Audiencia Nacional, señalaba en sus páginas los objetivos de la banda terrorista. Esta es la persona que Sánchez ha autorizado a formar parte de una comisión donde se informa de materias reservadas en relación a la seguridad del Estado. Dentro, Aizpurua podrá acceder a información relativa a la lucha del Estado contra ETA y conocer con detalle quiénes participaron, por ejemplo, en la investigación policial que terminó con su condena a un año de cárcel. El mundo al revés y la indignidad en su máxima expresión.
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