¿BBVA no quiere la pasta de taurinos?
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Resulta que el BBVA hace ascos a la pasta de los taurinos. La entidad BBVA ha denegado la apertura de una cuenta bancaria a la peña La Taurina en Villarobledo porque «no se quieren posicionar ni a favor ni en contra de los toros». Así se lo manifestó la directora de la oficina de este pueblo de Castilla y La Mancha a su presidente, Javier Melero.
Para más inri, Javier Melero no es un primerizo en este banco. Lleva 20 años como cliente. De hecho, BBVA ha sido su banco, su único banco desde que empezó a trabajar. Dinero que ha ido ingresando, por cierto, a veces, de los estipendios como mozo de espadas.
A tenor de los hechos, BBVA considera que abrir una cuenta para una peña taurina es un hecho reprobable en un país que tiene calificada a la tauromaquia como Patrimonio Cultural. Una peña en un pueblo que está a menos de una hora de Albacete, donde todos los años se celebra la corrida benéfica de Asprona, cuyo beneficio íntegro va destinado a las personas con discapacidad intelectual de toda la provincia. Eso sí que es labor social…
Pues bien, me cuenta Melero que la peña busca reavivar la llama taurina en Villarobledo, donde van dos años sin celebrar la feria por desavenencias con la empresa y su afición.
En una sociedad sana esta iniciativa sin ánimo de lucro sería acogida, dándole a sus impulsores todas las facilidades para que se vieran respaldados, teniendo en cuenta que dos personas jóvenes han decidido por amor al arte echarse a sus espaldas la tarea de reanimar la fiesta en un lugar que encima no se celebran corridas.
Melero me cuenta que cuando le dijeron que le denegaban la cuenta se quedó estupefacto. «No estoy acostumbrado a que me llamen la atención, me sentí un delincuente», me dice. Él había entregado los estatutos de la peña, la renovación de la presidencia… Pero, dada la tardanza en obtener una respuesta (tres meses), se personó en la oficina del banco.
Fue en ese momento cuando le dijeron que nanai de la China. ¿Si Melero no pregunta habrían dado la callada por respuesta? ¿Le abrían hecho un goshting, como dicen los modernos? Ante el plantón, Melero se marchó de la oficina apabilado. Habló con un amigo abogado y determinó responder a su banco con una reclamación. Intentaron disuadirle, pero Melero, como decimos los aragoneses, no rebló en denunciar la discriminación que su peña había sufrido.
Al poco, recibió una contestación del BBVA, como suele suceder cuando se protagonizan algunos titulares en prensa, temiendo que el estupor de Melero se generalizase entre aquellos clientes de la entidad que meten pasta por vivir del toro, o que suelen gastar la pasta que tienen en disfrutar de esta afición. Pues presumo que Melero no es el único taurino del BBVA.
En la carta, el banco no menciona ni una palabra de las que dijo la directora a Melero. Se limita a indicarle los pasos (que ya había hecho) para abrir la cuenta. Ni una mención al asunto, hasta el punto que si uno la lee, duda de si Melero sufrió alucinaciones goyescas.
Parafraseando a Don Quijote, «con los taurinos hemos topado, amigo Sancho». Su abogado y él van a presentar una reclamación formal al Banco de España.
No se puede restringir el acceso a estos servicios si la actividad es legal, si no hay sospecha de fraude. Ni se puede dar la callada por respuesta a un cliente que inició un procedimiento. ¿Por qué BBVA no notificó formalmente al presidente de la Peña la negativa? ¿Todo vale?
En el Covid, muchos nos vacunamos de la coacción que ejercen las instituciones contra el ciudadano para obligarle a hacer, ser, comportarse, como mejor les conviene a ellos. Que si nueva normalidad, que si protocolo anti LGTBI+, que si Agenda 2030… El mecanismo que se lleva años ejerciendo contra el taurino viene de lejos y es el mismo. En Bilbao, por ejemplo, nadie te impide ir a los toros, pero luego, en el curro, tus compis miden tu nivel de españolidad preguntándote si has ido.
En este caso, a Melero su banco no le ha interpelado en estos años para saber si era taurino, pero cuando ha querido ejercer, le han dicho que lleve la pasta de los socios de su peña en un zurrón, y que mande sobres con billetes en lugar de transferencias bancarias.
Un mensaje sin duda revulsivo, teniendo en cuenta que el dinero en metálico es un mecanismo de resistencia al control social. ¿Nos estarán queriendo decir algo sobre nuestra pasta los propios banqueros? ¿Serán más taurinos que nadie y querrán hacer un favor a La Taurina de Villarobledo? ¿Ustedes qué creen?
Yo, por lo pronto, creo que no hay derecho a que le boicoteen. ¿Habrían actuado así con una asociación antitaurina? ¿La directora de la entidad les habría dicho «no nos queremos posicionar ni a favor ni en contra de los toros»?
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