Ayuso no es «neofascista» ni «totalitaria», pero tú, Ximo, sí que eres un corrupto
Se les nota que están de los nervios y que la camisa no les llega al cuello ante la posibilidad de que el PSOE pierda varios de sus feudos en las próximas elecciones autonómicas. Uno que pende de un hilo es Ximo Puig, presidente de la Generalitat valenciana, al que las encuestas le ponen mirando a la puerta de salida. Será por eso que no ha tenido mejor ocurrencia que cargar contra Isabel Díaz Ayuso -hay que ver la obsesión socialista con la presidenta madrileña- y acusarla, en presencia de Pedro Sánchez -hace falta ser pelota-, de tener los comportamientos «más totalitarios, antidemocráticos y neofascistas» por oponerse a su jefe de filas.
Dice Puig que el eslogan de Ayuso, «Sánchez o España», es lo más grave que ha oído en los últimos años y que no permitir que Félix Bolaños se colara en la tribuna en los actos institucionales del 2 de mayo es «anormal». Causa «tristeza y perplejidad ver que una presidenta de una comunidad autónoma no dejaba entrar a un ministro», dijo. Vamos a ver, Ximo: Bolaños sí tuvo asiento en un lugar destacado en la entrega de medallas en la Real Casa de Correos, lo que no tuvo es un lugar en el palco de honor por la sencilla razón de que el Gobierno estaba representado por la ministra de Defensa y el ministro de la Presidencia no estaba invitado.
En cualquier caso, las graves acusaciones contra Ayuso proferidas por el presidente valenciano son mentira, salvo que considere que los madrileños son tan estúpidos que votan abrumadoramente por alguien que encarna los valores del «neofascismo» y el «totalitarismo». De eso, de totalitarismos y de corruptelas, sabe Ximo un rato, porque gobierna con quien gobierna y porque el caso Azud le salpica directamente, además de estar pringado en el caso de las subvenciones irregulares a su hermano. Un consejo, Ximo: tómate una tila, que es mano de santo.