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Armengol y las Hermanitas de los Pobres

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Armengol y las Hermanitas de los Pobres

Las Hermanitas de los Pobres, que cuidan a personas mayores vulnerables en su residencia de General Riera, recibieron una notificación del Ayuntamiento de Palma. Se les informaba de una factura que sumaba la cantidad -94.170,33 euros- correspondiente a pagos de agua de los últimos cuatro años. Solicitaron fraccionar la deuda y ante la imposibilidad de asumir el coste pidieron la colaboración solidaria de la ciudadanía, puesto que como no reciben ninguna subvención pública, con las módicas pensiones de los residentes no alcanzan siquiera para pagar al personal asalariado.

Las Hermanitas de los Pobres ya pidieron ayuda en ocasiones anteriores para hacer frente a los recibos del agua o a pagos de comida para atender a residentes que tienen pensiones muy bajas o siquiera ningún ingreso y, si bien el agua era asumida antes por parte de la Diputación Provincial o el Ayuntamiento, hasta ahora nunca les había llegado ninguna factura.

Según los datos actuales, las Hermanitas de los Pobres acogen y cuidan a personas mayores vulnerables desde 1877 sin apenas recursos económicos. Actualmente cuidan a un total de 69 personas, aunque la casa está preparada para acoger a unos 90 usuarios. El personal necesario para atender la residencia es de unas 50 personas, aunque declaran que la dificultad que existe para sobrellevar el día a día es de que con los ingresos de tres residentes apenas se alcanza para pagar una sola nómina. Las Hermanitas, por tanto, proyectan abandonar la residencia después de haber permanecido 145 años en Palma y haber estado ubicadas durante 82 años en el edificio, que es magnífico, de la calle General Riera.

En el ínterin, y habiéndose negado el Ayuntamiento y el Consell a facilitar ninguna ayuda, parece ser que ahora el Govern, en vez de asistir a una entidad privada que desempeña una labor humanitaria para lograr su supervivencia -lo cual les resultaría menos gravoso que si se convierte en pública y garantizaría la permanencia en Mallorca de las Hermanitas-, negociará con la benéfica entidad para que la residencia pase a depender de la comunidad. Por ello han encargado ya al IMAS para que pueda llevar a cabo las negociaciones tendentes a acordar la cuestión.

Resumiendo, las Hermanitas han venido asistiendo, prácticamente sin ayudas, excepto las de particulares y aún escasas, la atención de personas mayores con ingresos mínimos. La gestión se ha convertido actualmente, por ingresos escasos y aumento de los costes asistenciales, en prácticamente imposible. Si a partir de ahora no pueden disponer de alguna ayuda, abandonarán Palma. Podían permanecer con un apoyo suficiente como hace siglo y medio, pero…

Armengol, Santiago y al fondo el PSOE, Podemos y Més siguen imponiendo su ley: hasta que todo se convierta en público y acabe también entrando en quiebra. Que es el porvenir que probablemente nos espera.

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