A Santi Potros lo sacamos de la cárcel con nuestros votos

A Santi Potros lo sacamos de la cárcel con nuestros votos

Esta semana los españoles hemos tenido que sufrir, otra vez, la indignante afrenta de ver como un sanguinario asesino salía de la cárcel mirando a las cámaras desafiante. Con sus ojos inyectados en sangre, Santi Potros nos decía a cada uno de nosotros que él también nos ha vencido y humillado. A sus 70 años de edad salió de la cárcel sano y fuerte. Capaz, si le da la gana, de seguir asesinando como hizo hasta que en 1987 fue detenido. Y los responsables de la victoria de Santi Potros somos nosotros, los votantes españoles. Nosotros hemos consentido legislatura tras legislatura que nuestros políticos de la UCD, del PSOE y del PP, o sea, de todos los partidos políticos que han gobernado España, legislaran de forma que los sanguinarios asesinos etarras hayan salido de prisión uno detrás de otro, ciscándose en nuestras víctimas.

Y encima los muy sinvergüenzas de nuestros políticos tienen la cara dura de echarse las manos a la cabeza, indignados, cada vez que una de estas bestias asesinas es puesta en libertad, porque así lo han dispuesto ellos. Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero son los que han decidido, con nuestros votos, ponerlos en libertad. No os dejéis engañar, nuestros políticos son expertos en tergiversar las cosas para que parezcan lo que no son. Te hablan de una tal «doctrina Parot” que tú no sabes muy bien lo que es. De “decisiones marco de la Unión Europea” que te suenan a chino. Del “Tribunal Europeo de Derechos Humanos” que, además de parecer algo muy moderno y progresista, aparenta ser de inevitable cumplimiento.

Y hasta te hablan del “Convenio Europeo de Derechos Humanos” que ya es como si te dijeran “palabra de Dios”. Pero es todo falso, burdas mentiras con las que la mayoría de los españoles se conforman asumiendo como inevitable que una bestia sanguinaria como Santi Potros salga de la cárcel y se vaya a una herriko taberna a pegarse el homenaje padre para celebrar que él también nos ha vencido, que él está de fiesta mientras sus víctimas sólo pueden llorar a sus muertos, a los asesinados por ese hijo de Satanás. En Estados Unidos, Rusia, Japón, China, Bielorrusia, Cuba y hasta un total de 58 países existe la pena de muerte. Y la prisión permanente, revisable o no, está hoy vigente en Francia, Inglaterra, Noruega, Dinamarca, Estados Unidos, Argentina, Chile, etc.

En España hemos tenido que sufrir seis décadas de terrorismo. Años en los que unas malas bestias sedientas de sangre han asesinado a casi 1.000 personas en más de 4.000 atentados en los que dejaron miles de heridos, viudas, huérfanos, secuestrados, extorsionados y 349 asesinatos sin resolver. Pero hasta 2015, cuando ya no era aplicable a ningún etarra, no se le ocurrió a Mariano Rajoy que debíamos instaurar la prisión permanente revisable para que todos estos carniceros se pudrieran en la cárcel. Pena que PNV, PSOE y Podemos quieren derogar, con la abstención de Ciudadanos. Santi Potros acumula 3.100 años de condena por los 40 asesinatos que se le han podido demostrar, aunque seguramente sea el responsable de más de 100. Pero ha cumplido apenas 31 años en prisión y esto es así porque así lo han querido los políticos a los que los españoles hemos votado, nosotros lo sacamos de prisión con nuestros votos. Se nos debería caer la cara de vergüenza al verlo salir. Yo sólo puedo pedirle perdón a sus víctimas y prometerles, arrepentida y avergonzada, que no volveré a votar a quienes les traicionan.

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