1-O: Colau, la eterna muleta del independentismo

No es por casualidad que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, haya decidido agitar el 1-O colgando en la web municipal un mapa de la ciudad con las supuestas agresiones policiales llevadas a cabo hace dos años por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Ya se sabe que entre quienes velan por el cumplimiento de la ley y los que se afanan en delinquir, la alcaldesa siempre elige a los segundos. Tampoco es por casualidad que en Barcelona la criminalidad haya crecido de forma exponencial: el populismo es el caldo de cultivo de la delincuencia.

A nadie se le oculta que lo que pretende Colau, en fecha tan señalada, es lanzarle un guiño de complicidad al independentismo, porque la retroalimentación de intereses entre la izquierda radical y el separatismo es una evidencia empírica. Bien podría haber colgado en la web municipal un mapa que reflejara el aumento de la criminalidad por distritos, pero es más fácil y más conveniente para las fuerzas secesionistas criminalizar a la Policía Nacional, que es tanto como criminalizar al Estado.

Colau juega a una mezquina estrategia de neutralidad que no es tal. No hay día que no insista en que ella no es independentista, pero se ha convertido en la mejor aliada del secesionismo, hasta tal punto que ha hecho más por la causa separatista que los propios separatistas. Siempre al quite, en lugar de expresarse contundentemente contra los CDR acusados de terrorismo, ha preferido sumarse a las tesis independentistas  y lanzar la vil acusación de que todo ha sido una maniobra del Estado. Y para colaborar con las fuerzas que subvirtieron hace dos años el orden constitucional ha puesto la página web del Ayuntamiento al servicio de los intereses secesionistas.

Lo que ha hecho Colau es una indignidad que no sorprende, porque siempre ha sido la muleta del separatismo. No estaría de más que el PSC, socio de gobierno en el Ayuntamiento de Colau, pase de la crítica, con la boca pequeña, a los hechos.