«El 1»: cuatro actos

El 1, Pedro Sánchez, PSOE

Primer acto. Uno, siempre uno, de junio de 2018. Moción de censura contra Mariano Rajoy. El 1 del PSOE pasa a ser el 1 del Gobierno de España. Un párrafo prevaricador del juez De Prada genera una cascada de acontecimientos que derivan en que Pedro Sánchez se convierta en el puto amo (sic) para salvar a los españoles de la corrupción del PP. De la del PSOE de robar el dinero de los parados para gastarlos en prostitutas y cocaína al parecer nos teníamos que salvar solos, pero qué son 600 millones de euros comparados con un SMS de Rajoy. Minucias.

Volvamos a la escena. El 1 de junio de 2018 «el 1» celebra su nuevo e inesperado poder con su fiel corte imperial, la única que le ha sido siempre leal: su mujer, Begoña Gómez; su hermano, David Azagra para los enemigos de la ópera; y su secretario de organización, José Luis Ábalos. La traición a España se consuma en el Congreso, la celebración sigue en Moncloa. Aún no se había inventado el término coworking, pero estaban a punto de descubrirlo.

Segundo acto. Meses indefinidos de 2020. El puto amo ya no sólo es «el 1» porque lo diga el BOE, manda sobre los confines de la Tierra. No se mueve un papel en España sin que lo vise él, previo paso por el Ministro con más poder de la historia del socialismo español: don José Luis Ábalos, ministro de Transportes. Manda en el Gobierno y sobre todo impone sobre el partido. No hay un afiliado que no sepa que para seguir con vida es esencial seguir los designios del de Torrente. Qué falta de respeto la comparación, dirán. Es su pueblo de nacimiento, a las afueras de Valencia, les responderé. El destino a veces es caprichoso.

En paralelo a don José Luis, Begoña Gómez capitanea un chiringuito del Instituto de Empresa llamado Africa Center, por supuesto destapado por OKDIARIO. A pesar de que sus excelsos conocimientos de la lengua de Shakespeare dejan a Ana Botella a la altura de Jane Austen, nuestra primera dama, la una, ejerce de presidenta del Gobierno viajando por el mundo en Falcon, especialmente a aquellos destinos que tienen que ver con su puesto de trabajo. Sin embargo, está a punto de empezar lo peor: la Universidad Complutense de Madrid se dispone a otorgarle una cátedra de captación de fondos públicos financiada por el empresario Barrabés, que después de invertir en ella comienza a recibir dinero público con una alegría pasmosa.

¿Es ético que el puto amo adjudique nuestro dinero al señor que sostiene el chiringuito de su doña? Es una pregunta retórica, por supuesto. Si es usted afiliado del PSOE me dirá que soy machista por plantear que una señora no pueda lucrarse a costa de nuestros impuestos si es mujer y encima roja. Si es usted una persona normal le parecerá indignante sin más.

Por su parte, David Azagra, de nacimiento David Sánchez Pérez-Castejón, pide su primera excedencia de la socialista Diputación de Badajoz, donde ejerce como jefe de la Oficina de Artes Escénicas. En realidad es una pérdida de talento absoluta porque, teniendo en cuenta que con un salario de funcionario tiene un patrimonio de más de dos millones de euros, lo lógico es que fuera broker como poco. La vida le sonríe al sanchismo.

Tercer acto. 2024. Begoña Gómez, la Una, imputada por corrupción. David Azagra, el hermanísimo, imputado por corrupción. José Luis Ábalos, el escudero, imputado por corrupción. Los escuderos del que nos venía a librar de Rajoy, el supuesto corrupto, son ahora más corruptos que Bárcenas y Urdangarín juntos. La Guardia Civil no tiene papel para redactar tanto informe en contra del Gobierno. ¿Estamos ante el Ejecutivo más corrupto de Europa? También es pregunta retórica. La respuesta es sí.

Cuarto acto. Con fecha aún por definir. La oposición a este pozo de corrupción política (con los tres mosqueteros en el fango) y moral (con etarras excarcelados y golpistas indultados) decide que es hora de pasar a la acción aparcando la agenda social y explicando día, tarde y noche que nunca había habido una red criminal tan bien capitaneada desde Moncloa. Que a cada socio de Gobierno le de vergüenza salir a la calle ante tal grado de indignidad sin responder. Que el sentir popular (término polisémico que viene niquelado) vuelva a ser el del 28 de mayo, que no el del 23 de julio: que no hay mayor emergencia nacional que echar a los que han acabado con la dignidad. Que las guarderías y la jornada laboral pueden esperar cuando España y su integridad están por romperse en lo político y en lo social.

El sanchismo todopoderoso hoy está rodeado de corruptos, traidores, socios de gobierno incapaces y nacionalistas dejándose querer por todos los que le quieran escuchar. Sólo hace falta un empujoncito y el castillo de naipes se caerá. Pero para eso, hay que estar. Y creer. Y dejar de errar. Sobre todo, dejar de errar.

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