Carta de la presidenta de OKDIARIO

Querido inconformista: ayer disfrutamos de un nuevo ejemplo del clásico feminismo de izquierdas por el que las mujeres somos básicamente vasijas de cristal a las que hay que tratar con delicadeza y condescendencia en todos los aspectos de nuestra vida excepto sí, por supuesto, somos de derechas. Entonces además de no ser merecedoras de la condición de mujer tampoco lo somos del atributo de persona. Doblemente traidoras, te podría decir.
Estos días ha recibido una lección de sororidad de la extrema izquierda nacionalista Ester Muñoz, la diputada con más proyección del Partido Popular. Una persona que te reconcilia con que quizás, a pesar de los vaivenes y las obispas, el PP sí que sabe lo que hace y por qué lo hace.
Ester no tiene ni 40 años y ya le han purgado por brillante y valiente, así que no hay nadie que pueda venir a explicarle de qué va la vida ni de qué va la política. Se sabe defender sola, pero más importante aún que eso es que sabe defender a los demás. No en vano, su intervención contra Teresa Ribera en el Congreso de los Diputados, en la que le demostró la responsabilidad del Gobierno en una Dana que pudieron haber evitado, la convirtieron en la estrella que más brilla de la Cámara y de la legislatura.
Como toda la izquierda es por definición machista, y el nacionalismo regionalista lo es más aún, el líder de la UPL (un partido localista leonés que pide la independencia de Castilla) rabia sin pausa ni objetividad contra Muñoz. Le debe parecer impresionante que, a pesar de las soflamas de su partido, en realidad la voz de León nunca se había escuchado tan alto ni tan claro hasta que llegó ella. Es decir, que al final enarbolarse en la bandera de León predicando para que se escuchen a sí mismos era peor idea para la provincia que tener a una líder innata poniendo cada día contra las cuerdas al Gobierno central. Quién lo hubiera dicho.
Este señor, si es que se le puede llamar así, en pleno uso de sus facultades mentales corroídas por la envidia, amenazó a Ester en redes sociales porque no soporta que le haya ganado la batalla del relato, de la política y del cariño social. La machistada con la que le atacó es tan repugnante que si ella en vez de ser del PP hubiera sido del PSOE el personaje de la UPL se habría tenido que exiliar. Como es facha, la sororidad esta vez no ha funcionado.
En cualquier caso, este tipo nos da igual. Ella no. Es un orgullo para las mujeres que de verdad creen en el mérito y la capacidad que una chica tan joven tenga tanto talento y proyección por su intelecto y trabajo. Que se fastidien los que la odian, que queda Ester para rato.
Nosotros nos leemos mañana. Buenas noches y viva España.
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