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Galicia, en pie de guerra contra el jabalí: ha declarado la emergencia cinegética por los daños a los agricultores

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Los jabalíes son una especie que forma parte del paisaje gallego. Y aunque estamos acostumbrados a verlos, muchas personas no son conscientes del problema que pueden llegar a causar estos mamíferos.

El jabalí arrasa cultivos, provoca accidentes de coche al cruzar las carreteras y también puede transmitir enfermedades como la triquinosis (por el parásito Trichinella), la hepatitis E, la salmonelosis o la leptospirosis, entre otras.

Por esas razones es que , la Consejería de Medio Ambiente y Cambio Climático de Galicia ha declarado la emergencia cinegética. El objetivo es intensificar su caza y frenar esta situación.

Ahora, no hay un límite. No hay restricción por sexo ni edad. Se permite abatir o capturar cualquier ejemplar, también crías y hembras con crías, en un intento por hacer frente a un problema que, si no se corta de raíz, va a escalar a niveles preocupantes.

Galicia le declara la guerra al jabalí

Según indica la Resolución del 9 de octubre de 2025, publicada por el Departamento Territorial de A Coruña, las poblaciones de jabalí en Galicia han crecido de forma descontrolada en los últimos años. La causa no es única, pero entre los factores están los cambios en el uso del suelo y unas condiciones ambientales que les favorecen.

Las comarcas de Arzúa, Bergantiños, Betanzos, A Coruña, Eume, Ferrol, Ordes, Ortegal y Santiago figuran entre las zonas más afectadas. Según la resolución, el daño a la agricultura y el aumento de accidentes justifican una intervención urgente. La declaración se mantendrá en vigor hasta el 22 de febrero de 2026.

Cómo se aplicará la emergencia cinegética contra el jabalí

Durante este periodo, la caza del jabalí se permitirá todos los días de la semana en los terrenos cinegéticos, previa comunicación a la administración. En las zonas libres de caza, habrá que solicitar permiso con al menos diez días de antelación.

Con este permiso se autoriza la captura de ejemplares de ambos sexos, priorizando hembras adultas y subadultas. También se podrán abatir crías y madres con crías, con autorización especial de la Dirección General de Patrimonio Natural.

Los cazadores deberán informar de cada jornada, indicando la localización de los puestos fijos con coordenadas UTM y presentando los datos de las capturas en un plazo máximo de 15 días.

La actividad podrá desarrollarse tanto en terrenos cinegéticos como no cinegéticos, pero con diferencias: en los primeros basta con comunicar las cacerías no previstas en el plan anual, mientras que en los segundos es obligatorio pedir una autorización expresa con al menos 15 días de antelación. Todo debe realizarse bajo los protocolos de seguridad marcados por la Consejería.

Qué se puede usar para los controles

Para que los controles sean efectivos, se permitirá usar tecnología que hasta ahora no era común en batidas de este tipo:

Estas acciones están pensadas como medidas de choque. Según recoge la resolución, el objetivo es «agilizar la aplicación de medidas conducentes al control de las poblaciones de esta especie», en una situación que no se resolverá sola.