Naturaleza
Especie invasora

Los expertos piden erradicar esta especie invasora de Canarias: es un alga asesina y ya afecta a la biodiversidad nativa

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Las especies invasoras llegan, se adaptan y lo cambian todo. Algunas parecen inofensivas, otras ni se notan al principio. Pero su impacto no siempre es visible… hasta que ya es tarde.

Esta, en cambio, no engaña a nadie. Se llama «alga asesina» y ha empezado a extenderse por las aguas de Gran Canaria, desplazando a las especies locales y dejando un fondo marino irreconocible.

Esta es la especie invasora que arrasa en Canarias

Caulerpa racemosa. Ese es su nombre científico, pero casi nadie la llama así. En los informes aparece como «alga asesina», y con razón. Desde que llegó al archipiélago a principios de los años 90, esta alga verde originaria del suroeste de Australia ha colonizado los fondos marinos a una velocidad que supera cualquier previsión.

No lo hace de forma violenta ni visible, pero el daño es constante. Sus frondas crecen hasta 11 centímetros y cubren los fondos blandos y las praderas submarinas con un manto continuo que asfixia todo lo que encuentra: esponjas, pastos marinos, briozoos, algas autóctonas.

Además, esta alga invasora libera una toxina (la caulerpenina) que repele a casi todos los herbívoros marinos y frena el crecimiento de otras algas. La velocidad con la que se expande es parte del problema. Basta un fragmento para que vuelva a crecer. Cualquier ancla, red de pesca o equipo de buceo puede servirle de transporte.

Cómo es el impacto de esta especie invasora

En los fondos donde se instala, lo primero que desaparece es la variedad. Se reduce la biodiversidad, desaparecen peces e invertebrados, y las praderas submarinas pierden su función ecológica. Muchas especies comerciales como pargos, meros o lisas utilizan esos hábitats como refugio durante su etapa juvenil. Sin ellos, las poblaciones se debilitan y la pesca se resiente.

La alteración del hábitat también afecta a actividades humanas. Las redes de pesca se enredan, los fondeos se llenan de alga, y el mantenimiento de embarcaciones se encarece. Los fondos que antes eran zonas de buceo ahora están cubiertos por una alfombra uniforme que aleja a los visitantes. Hay un impacto ambiental y también económico.

Cómo se puede controlar la expansión del alga asesina en Canarias

Los métodos mecánicos (como el arrastre o la succión) pueden incluso empeorar la situación si no se aplican con cuidado, ya que fragmentan el alga y favorecen su propagación. No existen tratamientos selectivos que puedan eliminarla sin afectar al resto de la vida marina. Y ningún depredador conocido consigue frenarla.

La clave está en anticiparse. Controlar las rutas de entrada, vigilar zonas sensibles, y formar a quienes trabajan en el mar. Cada nuevo foco detectado a tiempo puede marcar la diferencia. Por eso los buceadores y pescadores tienen un papel clave, pues son los primeros en verla, y los primeros en dar la voz de alarma.

También es fundamental evitar su transporte accidental. Revisar equipos, limpiar las embarcaciones, y no liberar ejemplares de acuarios en el mar. Parece básico, pero muchas invasiones han empezado así: por descuido o desconocimiento.

El futuro de los fondos marinos de Canarias está en juego y si no se actúa con decisión, será cada vez más difícil recuperarlo.