Sebastien Ogier, tricampeón del mundo de rallys

De una tiranía a otra. Así está el mundial de rallys hoy en día. Dejando de lado el debate acerca de la espectacularidad de los coches que compiten en esta disciplina hoy en día, lo cierto es que la falta de espectáculo viene dada por una constante. Durante más de una década ha habido siempre un piloto infinitamente superior al resto. Primero fueron los 9 títulos consecutivos de Loeb, y ahora van otros tres de Ogier. Los caprichos del tiempo, y el paso del primero de los Sebastien al mundo de los circuitos, han hecho que estas dos bestias del volante no coincidan a tiempo completo en el WRC. El duelo sería de infarto. Pero por desgracia no es algo que vayamos a ver nunca a priori.

El caso es que Ogier ha vuelto a sentenciar el campeonato con antelación. Este año le han sobrado concretamente tres rallys para hacerse con su tercer entorchado. Es lo que tiene imponerse en 7 de las 10 pruebas disputadas hasta ahora mientras tus rivales apenas muestran chispazos de velocidad esporádicos, los cuales mezclan con problemas de diferente índole. Pero, ¿qué culpa tiene Ogier de ser tan bueno? El problema del WRC -y de todas las disciplinas del motor cuando sucede algo así- viene dado por la falta de un alter ego que le ponga al francés las cosas difíciles de forma constante.

Si a todo esto le juntamos un coche de los más competitivos que se recuerdan, el Volkswagen Polo WRC, tenemos un cóctel perfecto para que el bueno de Ogier se ‘hinche’ a ganar mundiales. Tal es la superioridad del coche que Latvala, el compañero de Ogier, tiene muy bien encarado el subcampeonato a pesar de haber encadenado tres ‘ceros’ a principio de año. De hecho, Volkswagen ha salido del rally de Australia con el título de constructores también bajo el brazo.

 

De esta forma solamente podemos aplaudir a un Sebastien Ogier que habla de la temporada 2015 como la mejor de su vida. Y es que a las 7 victorias cosechadas hay que añadirles dos segundos puestos y solamente un abandono, que se produjo en la cuarta carrera del año, el Rally de Argentina.

A pesar de que quedan tres rallys por disputarse, muchos integrantes del WRC, especialmente los de Volkswagen, comenzarán ya a pensar en una temporada 2016 que tiene visos de ser un calco de la que estamos viviendo este año. Habrá que esperar como mínimo un año más para que la prevista revolución normativa en el mundial de rallys pueda añadir un poco de pimienta al campeonato. Aunque mucho nos tememos que con un genio como Ogier al volante, va a ser muy complicado que nada le aparte de su objetivo: sumar mundiales como churros. Puede que esto no sea lo más divertido del mundo para los aficionados, pero todos aquellos que os quejéis de aburrimiento recordad una cosa. Dentro de unos años podréis decir aquello de ‘yo he visto correr a Sebastien Ogier’. Y eso es todo un privilegio.