El peligro oculto de los asistentes de conducción: el estudio que lo cambia todo

  • Juan Carlos Acero
  • Desde 2014 especializado en la redacción de contenidos y el marketing. Me encanta escribir sobre automoción y el mundo de la empresa. En mi carrera como redactor he escrito para multitud de medios especializados.

Si se comparan con los vehículos de hace una o dos décadas, los actuales parecen casi naves del espacio Hablamos de las pantallas, sistemas digitales y demás que, aunque mejoran sin duda nuestra vida a bordo y seguridad, a veces consiguen el efecto contrario. La normativa europea en materia de seguridad es bastante estricta cuando se trata de hablar de los famosos asistentes a la conducción.

Hablamos de un gran despliegue tecnológico que puede mostrar un lado oscuro bastante preocupante. Hay estudios americanos que evidencian que las ayudas causan el efecto contrario al que se pretende.

Si te montas en un coche nuevo, seguro que has podido ver que tiene infinidad de alertas. De no haberte montado, ya te lo podemos decir nosotros.

Las carreras de la industria automovilística actual

Tesla blanco estacionado.

En la actualidad se puede decir que hay dos carreras que concitan la atención de este sector, la del coche eléctrico y la conducción autónoma. Ahora hablaremos de la segunda.

La moderna tecnología permite a los fabricantes usar muchos recursos para una mayor seguridad en los vehículos. Actualmente, la mayoría de la flota disponible en Europa puede recibir las cinco estrellas de seguridad Euro NCAP.

Los adelantos tecnológicos hacen que seamos peores conductores

El organismo que se encarga de la evaluación de la protección, lo que hace es poner énfasis en el desempeño de los famosos asistentes a la conducción. Hablamos de las ayudas al mantenimiento de carril, detectores de ángulo muerto, radares de proximidad, asistentes de frenada, etc.

Son muchos los sistemas en el marco de la seguridad activa que buscan evitar o que se minimicen los accidentes.

Aunque no hay nadie que se vaya a quejar de esto, hay estudio por parte del Instituto de Seguro para la Seguridad en las Carreteras, de Estados Unidos que han demostrado que los conductores están abusando de estas tecnologías y ponen en peligro al resto de ocupantes de la vía cuando confían en exceso en estos sistemas de seguridad.

Ahora, muchos coches que se comercializan tienen asistentes a la conducción de nivel 2. Aunque protegen a los ocupantes, demandan que el conductor preste atención a la circulación, puesto que, si se produce un accidente  va a ser el máximo responsable del coche.

El caso es que, existen bastantes usuarios que lo que piensan es que el que haya asistentes a la conducción, es algo que les exime de prestar la atención debida. Pensemos que en el informe se centraron en los automóviles que tienen el paquete FSD de Tesla y en el piloto automático de Volvo, el llamado Pilot Assist. Las dos tecnologías desprenden las mismas conclusiones.

Cuando se habla de asistentes y medidas de seguridad es necesario hacerlo también de los asistentes a la conducción.

Mayores distracciones

Los conductores que cuentan con multitud de ayudas se distraen más y son más torpes. Bastantes de ellos terminan desviando la atención de las vías.  La prisa por el lanzamiento de nuevas tecnologías de seguridad, además de campañas de publicidad engañosas en exceso, han hecho que piensen los conductores que se pueden relajar mucho al conducir sus coches.

Lo cierto es que el estudio nos muestra que son necesarias mejores medidas de seguridad de cara a garantizar una conducción con la debida atención. Los conductores adaptan el comportamiento al conducir y tienen una tendencia a distraerse bastante mayor.

David Harkey, presidente del IIHS comentó al respecto: «Estos resultados son un buen recordatorio de la forma en que aprenden las personas», así como «Si se les enseña a pensar que prestar atención significa dar golpecitos al volante cada pocos segundos, eso es exactamente lo que harán».

La tecnología no vale de nada cuando no se enseña cómo debe ser utilizada correctamente. De la misma forma, tampoco ayudará la intromisión de bastantes asistentes y lo que causan en la conducción.

En ocasiones, es tan grande el número y la frecuencia de las alertas que el conductor ya no sabe si existe un peligro o de qué forma es necesario que actúe, por lo que se opta por desconectar las ayudas, lo que diluye el efecto positivo que pudiesen tener.

La modernidad y sus cambios en la conducción

Como hemos podido ver, a veces tantos avances que nos facilitan la conducción pueden acabar haciendo que nos confiemos e incluso terminemos siendo peores conductores.

No sabemos si esto será un paso transitorio hasta que lleguen los coches totalmente autónomos, donde seguro que habrá modos en los que los conductores puedan tomar el control, aunque aquellos que no les agrade especialmente conducir, raramente cogerán un vehículo.

Al final, el tiempo será el que nos mostrará que pasa, pero parece necesario que como conductores aprendamos a utilizar bien este tipo de ayudas para nuestro beneficio y el resto de la seguridad vial.