Trabajadores de centros de Menores: «Denuncian abusos, nos acosan, y cuando se archiva eso no se cuenta»
El Centro de Menores de Chamberí, una residencia que pertenece a la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad de la Comunidad de Madrid, ha estado injustamente en el ojo del huracán desde hace unas semanas por dos denuncias de abusos sexuales realizadas por dos niñas menores de edad. Lo que nadie cuenta y ahora denuncian los trabajadores de este centro, cuyo anonimato están obligados a mantener por su condición de funcionarios al cargo de menores, es que las denuncias fueron archivadas a petición de la propia Fiscalía de Menores, pero algunas asociaciones que dicen defender a los menores continúan manifestándose a las puertas de su centro y realizando fotografías a los educadores del mismo, que han llegado a denunciar el acoso ante la Policía. Su queja principal, trasladada a OKDIARIO, se resume: «denuncian abusos, nos acosan y cuando se archiva eso no se cuenta».
La primera denuncia de una menor se presentó el 28 de febrero de 2022 por una niña de 13 años que relataba haber sido víctima de tocamientos por parte de niños de 8 años en 2018, cuando ella tenía 9 años. Cuando ocurrieron los hechos un educador intervino y sancionó a los menores, lo poco que podía hacer con las normas en la mano. El incidente fue calificado entonces de «juego desajustado», debido a la corta edad de todos los niños implicados, entre 8 y 9 años.
Tras conocerse esta primera denuncia otra menor acudió en compañía de su madre a las dependencias de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Brigada Provincial de la Policía de Madrid para denunciar que otro compañero del centro la acosaba sexualmente desde un año antes cuando se encontraban en zonas comunes de la Residencia, en concreto relataba hechos sucedidos entre el 1 de febrero de 2021 y el 1 de marzo de 2022. Cuando el Centro de Menores tuvo conocimiento de esta nueva denuncia activó todos los protocolos y trasladó al menor varón y supuesto acosador a otro centro en la Comunidad de Madrid, en concreto un piso tutelado, donde recibe un tratamiento específico que consiste en dos terapias. A la niña también se le ha proporcionado ya terapia.
Pero ambas denuncias fueron archivadas por la Fiscalía de Menores los pasados 6 y 15 de marzo de 2022, respectivamente, descartando las medidas pretendidas por las madres de las menores, que querían recobrar la guarda temporal de las mismas. En el primero de los casos fue el Equipo Fiscal de Menores número 2 de Madrid quien archivó la causa y en el segundo caso el Equipo Fiscal de Menores número 10. En ambos casos la causa fue la misma, que los presuntos autores de los abusos tenían menos de 14 años cuando se produjeron los hechos denunciados y por tanto son penalmente inimputables. El problema es que cuando el caso de los abusos salió publicado en algunos medios de comunicación las denuncias ya se habían archivado por la Fiscalía, pero eso no lo mencionaban las publicaciones.
Fotos a educadoras
A pesar de todo esto, el Centro de Menores de Chamberí (Madrid) donde residían las niñas denunciantes y los denunciados continuó recibiendo ataques y críticas públicas por parte de varias asociaciones que se postulan como defensora de los menores, las mismas asociaciones que incluso realizaron manifestaciones y fotografías a los educadores y trabajadores del Centro a las puertas del mismo. Los educadores denunciaron los hechos ante la Policía, pero «nos dijeron que si era en la vía pública no podían hacer nada» explican a OKDIARIO los trabajadores de la Residencia de Menores Chamberí.
«Hay una asociación que es la misma que desde hace años viene manifestándose en la puerta de la Dirección General de Familia en contra de las residencias. Y aquí han venido, andan merodeando, sacando fotos, acosando a los trabajadores. El pasado fin de semana a dos trabajadoras, a dos educadoras les intentaron sacar fotos y las intentaron grabar. Entonces es una situación muy estresante y de acoso. Lo hemos puesto en manos de la policía, pero lo han desestimado porque no ven delito», declaran los mismos trabajadores a OKDIARIO.
Estos mismos profesionales, algunos con varias décadas de experiencia a sus espaldas, se sienten «vilipendiados, maltratados e injustamente acusados. Y no tenemos ninguna posibilidad de defensa, porque los datos que tratamos son confidenciales y protegidos por la ley de Protección de datos», explican a OKDIARIO. Es por esa misma razón que OKDIARIO preserva la identidad de los entrevistados.
También se quejan de que cuando se publica un caso luego no se añade la resolución del mismo: «Cuando se archiva eso no se cuenta» y añaden que «se están publicando medias verdades. Si en realidad no publican toda la verdad. No entendemos por qué un medio de comunicación publica medias verdades y falsedades que nosotros no podemos rebatir» y el ejemplo más palpable es el archivo de las diligencias iniciadas por las dos denuncias de abusos que nadie hasta ahora ha publicado.
«Todo esto influye en el ánimo de los trabajadores, porque esto es un trabajo muy vocacional y al final, de alguna manera eso influye en el ánimo de la gente que está trabajando aquí. Este trabajo es absolutamente vocacional, con muy pocas gratificaciones. (…) Tenemos algún compañero que está a punto de cogerse una baja por depresión», aseguran los trabajadores a OKDIARIO y resumen que «han tirado todo el trabajo por tierra que hacemos con las familias, que para nosotros es lo más importante. Claro, toda esta información contaminada, se ha extendido a las distintas familias, se ha extendido a Servicios Sociales, se ha extendido a los Centros de Salud Mental y se genera desconfianza en las familias».
Unas relaciones con las familias de los niños tejidas con un hilo muy fino porque «son familias que por una u otra causa están socialmente desfavorecidas o en situación de desamparo y se les han retirado los chicos, con lo cual no es nada gratificante. Muchas de estas familias nos ven como el enemigo, aunque nosotros no se los retiramos, sólo cuidamos a los niños», concluyen los trabajadores.