Investigación

El Programa 2000 de Pujol exigía “inculcar el sentimiento nacionalista a profesores, padres y alumnos”

El Programa 2000 aprobado por el presidente Jordi Pujol Soley en agosto de 1990 determinó como objetivo prioritario de la Generalitat controlar todos los aspectos del sistema educativo para poder reclamar a medio plazo la independencia de Cataluña.

El documento marca las líneas maestras para lograr este objetivo: imponer la enseñanza en catalán, adaptar el contenido de los libros de texto a los mitos del nacionalismo, utilizar el cuerpo de inspectores para garantizar la “catalanización de la enseñanza”, vigilar a los tribunales de oposición para que seleccionen a profesores afines y controlar las asociaciones de padres de alumnos a través de “dirigentes” de confianza.

Todas estas premisas se han cumplido después de tres décadas de aplicación del plan diseñado en 1990. Por eso ahora se ha convertido en una consigna de los independentistas el lema La escola catalana no se toca: junto con TV3, se trata de uno de los elementos clave de control de la población para lograr el separatismo sea mayoritario en las urnas a medio plazo.

El Programa 2000 enuncia como objetivo prioritario “impulsar el sentimiento nacional catalán de los profesores, padres y estudiantes”. Del mismo modo, señala que hay que “garantizar el perfecto conocimiento de la geografía, la historia y otros hechos socioculturales de Cataluña y potenciar el uso de la lengua catalana por parte de profesores, maestros y alumnos”.

Apartado del Programa 2000 de Pujol dedicado a la enseñanza.

La normalización lingüística y la adaptación de los libros de texto al credo nacionalista han sido los dos instrumentos para lograrlo. El documento, al que ha tenido acceso OKDIARIO, enumera más de una veintena de medidas para llevar a cabo el “proceso de nacionalización” de la enseñanza.

Ya en aquel momento, Jordi Pujol Soley consideró imprescindible “editar y emplear libros de texto sobre la historia, geografía, el arte, la literatura, la economía… de Cataluña y los Països Catalans. Establecer acuerdos con las editoriales para su elaboración y difusión, con subvenciones si es necesario”.

El control de las competencias de Educación ha permitido a la Generalitat controlar todos los contenidos de los libros de texto, en los que se ha llevado a cabo un proceso eliminación de cualquier rasgo de la realidad española.

El ámbito geográfico de los alumnos ha pasado a ser el de los inexistentes Països Catalans. Ha desaparecido de los libros de texto cualquier referencia a los símbolos nacionales españoles (como la bandera o la Constitución) para ser sustituidos por los de Cataluña.

Apartado del Programa 2000 de Pujol dedicado a la enseñanza.

La Corona de Aragón, de la que dependió durante siglos Cataluña, ha sido suplantada por la ficticia “Confederación catalano-aragonesa” (una expresión sin ningún tipo de rigor histórico, acuñada por algunos intelectuales nacionalistas en el siglo XIX).

El documento original del Programa 2000 incluye dos apartados que han resultado esenciales para que los independentistas se hagan con el control de la enseñanza: “velar por la composición de los tribunales de oposición” para que seleccionen exclusivamente a profesores de orientación nacionalista y utilizar “el cuerpo de inspectores para que vigilen la correcta aplicación de la normativa sobre catalanización de la enseñanza”. El plan especifica que es necesario “vigilar de cerca la selección de este personal”.

En cambio, la Administración central ha hecho dejación de sus funciones: primero el Gobierno de Rajoy y luego el de Pedro Sánchez, metieron en un cajón el informe elaborado por el cuerpo de la alta inspección que denunciaba la manipulación histórica y el adoctrinamiento en los libros de texto que se utilizan en las escuelas de Cataluña.

El Programa 2000 de Jordi Pujol enunciaba así las siguientes medidas:

Apartado del Programa 2000 de Pujol dedicado a la universidad.