MONTAJE EN PRISIONES

El mensaje de la subdirectora de Villena para cazar a funcionarios: «¿Aquí quién difunde a la prensa?»

La mujer investigada por denuncia falsa y simulación de delitos llegó a la cárcel alicantina meses antes de protagonizar el escándalo por el que se la investiga

OKDIARIO ha tenido acceso al contenido de una serie de mensajes que revelan su interés por descubrir quién filtraba datos de la prisión a la prensa

La Guardia Civil cree que la subdirectora de la cárcel de Villena también se inventó que la asaltaron

Villena
Los mensajes que desvelan las intenciones de la subdirectora de Villena.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Está policialmente demostrado que una funcionaria del Estado fue capaz de manipular dos teléfonos para mandarse a sí misma mensajes amenazantes atribuibles a una asociación profesional que días después denunció ser agredida en plena calle por varios hombres de los que la Guardia Civil no ha encontrado ni rastro tras un año de trabajo. Lo que nadie sabe aún hoy es por qué decidió poner su carrera en peligro ni quién la inspiró para hacerlo. Sin embargo, una serie de mensajes escritos por ella y a los que este periódico ha tenido acceso sí que demuestran qué motivaciones tuvo justo antes de que saltara el escándalo que lleva protagonizando desde el pasado verano en la cárcel de Villena.

Antes del verano de 2021 Carolina, la ex subdirectora de la cárcel de Villena trabajaba como funcionaria de prisiones en la prisión gallega de Teixeiro. La movilidad geográfica es una característica implícita a este tipo de trabajo, así que poco antes del pasado verano la mujer se instaló en Alicante para ocupar el cargo de subdirectora de Seguridad de la prisión de Villena. Carolina, como muchos otros funcionarios de prisiones, formaba parte en Galicia de la asociación profesional de trabajadores penitenciarios Tu Abandono Me Puede Matar, con cuyo representante gallego, Marcial, tuvo buena relación. Mencionar a Marcial en este artículo no es accesorio, ya que ese nombre fue el que Carolina incluyó en las amenazas que se mandó a sí misma para vincularlas sin género de dudas a TAMPM.

Pese a esa relación cordial algo sucedió cuando Carolina llegó a Villena, algo que sólo ella sabe, pero a lo que hoy nos podemos acercar un poco más a través de sus propias palabras. La mujer mantenía tan aparente buena relación con la asociación que cuando estos le avisaron de que estaban devolviendo los recibos de su cuota de asociada, ella lo atribuyó al cambio de domicilio, de banco o la mudanza. “A ver si abro otra cuenta en otra entidad y domicilio todos los recibos”, dejó por escrito en unos mensajes a los que ha tenido acceso este periódico.

Buscaba filtraciones

Por todos es sabido que tu TAMPM es una asociación muy incómoda para Instituciones Penitenciarias, por ser la única que revela sin tapujos, pero respetando la seguridad de los centros, la realidad penitenciaria que el Ministerio del Interior se empeña en blanquear. Si alguien los ha sufrido especialmente, ése es Feliciano, director de la cárcel de Villena durante 17 años, una de las más peligrosas y conflictivas del país. Lo que Feliciano calificaba como “inquina” contra él cada vez que su cárcel aparecía en prensa, no era más que el reflejo de la realidad de ‘su’ cárcel. Feliciano se convirtió en verano de 2021 en el jefe directo de Carolina.

Por eso es inevitable fijarse en lo que Carolina escribió sólo tres días antes de que se grabarán las imágenes de varios funcionarios reduciendo a un preso por la fuerza. “Hola —-. ¿Cómo estás? Una pregunta: ¿tú sabes quién difunde la información de aquí de Villena a la prensa?”. El interlocutor de Carolina la remitió directamente a otros funcionarios de Alicante. Todo esto ocurrió sólo tres días antes de la grabación, que acabó siendo filtrada y que degeneró en el burdo montaje de falsas amenazas y agresiones que protagonizó esta mujer y que acabó con varios funcionarios investigados y suspendidos.

Estaba claro lo que Carolina buscaba, aunque ella nunca ha revelado por orden de quién, pero si hay algo revelador es lo siguiente. El día 6 de septiembre pasado la mujer aseguró ser atacada por varios individuos en la puerta de su casa. Al día siguiente, el titular más repetido de la prensa fue este: “Investigan si funcionarios de prisiones están detrás de la agresión sufrida por la subdirectora de Seguridad de Villena”. Sí, todos los funcionarios investigados y propuestos para sanción pertenecían a TAMPM. Muy sútil.

¿Qué había hecho Carolina sólo unos días antes de la agresión que se acabó revelando como inventada? Comunicar oficialmente su baja de la asociación sobre la que estaba a punto de verter las sospechas de sus amenazas y sus agresiones. Según ella, “el cargo que ocupó en Villena” le impedía poder seguir con ellos. Ese cargo no le impidió inventarse amenazas y falsos agresores para atacar a sus propios compañeros. Carolina actualmente no trabaja en ninguna cárcel, según ella falta saber la verdad detrás del escándalo de Villena. Hace sólo unos días estuvo delante de una juez, oportunidad impagable para contarlo todo. Siguió callando lo que sabe y sólo ella saber por qué lo calla.

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