Las «pequeñas empresas» de Cañete formaban parte de una tapadera sin empleados que movía 34 millones

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Miguel Arias Cañete y Micaela Domecq.

Havorad BV, la sociedad pantalla holandesa que dominaba las sociedades de Miguel Arias Cañete y dirigía su cuñado, poseía unos activos  de 34 millones en Holanda. Sin embargo, en su examen ante el Parlamento Europeo para ser aprobado como comisario, el ex ministro de Agricultura aseguró que controlaba dos «pequeñas empresas».

Cañete justificó la ausencia de intereses que pudieran chocar con su futuro cargo de comisario de Energía con su habitual campechanía: «He declarado que no tengo conflicto de intereses. ¿Y por qué no? Porque son dos pequeñas empresas para los estándares europeos, con diez empleados, quince empleados, muy pequeñas y están en el terreno de la logística. Sólo almacenan fuel, no extraen ni venden fuel, no hacen prospecciones».

Pero el comisario in pectore ocultó que sus pequeñas empresas españolas, Petrologis Canarias y Petrolífera Dúcar, tenían un socio opaco holandés con unos activos nada desdeñables: 34 millones de euros. Y este socio, Havorad BV, casualmente, estaba capitaneado por su cuñado, Miguel Domecq Solís. Es decir, que aunque Cañete hubiera abandonado sus acciones en estas sociedades españolas, como proclamó, quedaba un problema no menor: su cuñado estaba al frente de un poderoso grupo inversor europeo con intereses en sectores del gas y del petróleo.

Más significativo todavía es que la empresa oculta del cuñado, Havorad, lograse el milagro de registrar unos activos de 34 millones con cero empleados a lo largo de su historia.

Y su cuñado no sólo es es el hermano de su mujer. Ha sido socio de su esposa en compañías radicadas en Panamá, territorio donde colgaban filiales también de Havorad, su propio socio. La consanguinidad no es el único lazo entre ambos. Eran socios en la empresa Rinconada destapada por la Sexta. Y esto produce el siguiente cruce: Arias Cañete era al menos desde 2005 socio de un pariente (su cuñado) con una empresa en Panamá donde también se ocultaba su esposa.

Por tanto, mientras trataba de ser aceptado como comisario por el Parlamento Europeo, y después cuando se publicó el nombre de Micaela Domecq relacionada con los ‘papeles de Panamá’, el ex ministro español ocultaba un doble vínculo con esta empresa panameña que después alegó ignorar.

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