Investigación
'BárbaraLeaks' (VI)

Juan Carlos I a Bárbara Rey: «Armada ha estado 7 años callado en la cárcel y Sabino está largando»

OKDIARIO desvela nuevos audios en los que el emérito confesó cómo perdió la confianza en el Jefe de la Casa del Rey

Juan Carlos I comentó a Bárbara Rey su malestar con Sabino Fernández Campos, entonces jefe de la Casa del Rey. En los audios que desvela en exclusiva OKDIARIO, el entonces Rey de España trasladó a su pareja: «Palabra de honor, me río, cariño, de Alfonso Armada. Ese ha pasado siete años en la cárcel, se ha ido a su pazo de Galicia y el tío jamás ha dicho una palabra. ¡Jamás! En cambio, éste otro está largando…». Juan Carlos I da a entender que el militar que fue condenado por el golpe de Estado del 23F le ha sido leal y no ha querido comentar ninguna intimidad frente al Jefe de la Casa Real que, tal como él mismo contrastó, había difundido subrepticiamente a la prensa informaciones que dañaban su imagen pública.

La conversación, que se remonta a los años 90, arranca con Bárbara Rey criticando a las personas que traicionan la lealtad: «Tú sabes perfectamente, tú mejor que nadie, porque en más de una ocasión lo hemos hablado, que hasta las mismas personas que tiene uno metidas en su propia casa te traicionan». Lo dice precisamente ella, que grabó al monarca y trazó un plan para extorsionarle y recibir fondos reservados en un banco en Luxemburgo. A eso, Juan Carlos I afea a los medios de comunicación publicar «cosas tergiversadas». A lo que Bárbara Rey replica: «Y luego, además, que cada uno se lo lleva a su terreno y después las cosas las ponen como ellos quieren, ¿me entiendes?».

En ese contexto, el monarca de la dinastía Borbón se abre en canal y le confía a su amante: «Estoy yo ahora sufriendo, entre tú y yo…». La vedette no le deja prácticamente hablar y apostillla: «Mucho, ¿verdad?». En ese punto, Juan Carlos I le menciona a Sabino Fernández Campo, al que acusa de ser un topo. Está muy dolido con el ex jefe de la Casa del Rey, al que responsabiliza de filtrar informaciones sensibles de la Jefatura del Estado.

Sabino Fernández Campo y Alfonso Armada.

A continuación, la conversación:

Bárbara Rey: Pero, vamos a ver, si tú te has portado siempre muy bien con él…¿Hay algo por lo cual esté descontento contigo?

Juan Carlos I: No lo sé. No tengo ni idea.

Bárbara Rey: Pero, ¿descontento contigo concretamente, o contigo y con la Reina? ¿O solamente va a por ti?

Juan Carlos I: No… Él dice que yo he conseguido que la Reina esté en contra de él.

Bárbara Rey: ¿Pero tú no me dijiste que a veces incluso intuías, que tenías visto, como si tuviera cierta confianza con ella?

Juan Carlos I: Sí, sí. Pero después de irse, él ha comentado que yo he conseguido que ella esté en contra de él.

Bárbara Rey: Pero ¿la Reina está en contra de él?

Juan Carlos I: No, no… ¡para nada!

Bárbara Rey: Por eso, son mentiras que él dice porque quiere decirlas, pero la gente no lo sabe y una persona que ha estado tan cerca de ti…

Juan Carlos I: Sí, pero se inventa cosas con periodistas de vida privada, de vida económica, de vida tal… ¡Huy, la de cosas que está diciendo! (…) Hay reuniones donde me critican y hablan de mí… y de mi vida y de cosas… y tal… Inventan y tal y, entonces, él está presente y, en vez de cortarlo, dice: «Bueno, si yo hablara, si yo dijera… Pero, claro, como yo no puedo hablar por mi lealtad, por mis años en la Casa…».

Bárbara Rey: O sea que calienta… echa leña al fuego…

Juan Carlos I: Eso es peor que si lo dijera.

Por otra parte, Juan Carlos I relata cómo perdió la confianza en Sabino Fernández Campo. Recuerda que un periódico desveló que él volvió de Palma de Mallorca para despachar con Felipe González en Madrid y, tras terminar, luego volvió a Baleares. «Eso no lo podía saber nadie más que alguien muy allegado a ti…», le sugiere Bárbara Rey, como si fuera su jefa de prensa. «¡Nadie! ¡Nadie más que él! Desde aquel mismo día le perdí la confianza. Los tres o cuatro que venían conmigo son de plena confianza, porque siempre son los mismos», replica el ex Jefe del Estado. 

Tras ese episodio, Juan Carlos I agarró, en sus propias palabras,  «un cabreo» y se dirigió a su entorno: «Aquí muchos decís que sois leales, pero nadie se gasta un duro en averiguar quién o de dónde salen estas noticias de mi Casa. No es posible. No me puedo enterar por el CESID, no me puedo enterar por tal…». Al cabo de diez días, un amigo suyo le llamó y le desveló quién había filtrado la información de Zarzuela. El monarca comprobó como su estrecho colaborador estaba distribuyendo informaciones a modo de «pullitas».