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Netanyahu da marcha atrás por las presiones y retrasa la reforma judicial

Netanyahu reforma
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir.

Ben Gvir, líder del partido Otzma Yehudit (Poder Judío) y actual ministro de Seguridad Nacional israelí, ha anunciado este lunes un acuerdo para retrasar la reforma judicial hasta el verano después de amenazar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con salirse del Gobierno de coalición si paralizaba la medida.

Ben Gvir habría cedido a retrasar la reforma judicial hasta el verano a cambio de la formación de una «Guardia Nacional» bajo mando el Ministerio de Seguridad Nacional que lidera, una medida que podría ser aprobada en la próxima reunión del gabinete de la coalición.

La creación de una Guardia Nacional, defendida por Ben Gvir desde hace meses, supone reforzar las fuerzas de la Policía fronteriza existentes con la creación de un cuerpo independiente de la autoridad policial que esté sujeto al Ministerio de Seguridad Nacional, es decir, bajo su mando directo.

Ben Gvir ha afirmado con anterioridad que el cuerpo -cuya labor sería llevar a cabo operaciones delicadas en Cisjordania, como arrestos- estaría bajo el mando de la Policía. Ha intentado materializar este nuevo cuerpo policial desde la firma del acuerdo de coalición.

En concreto, Ben Gvir plantea la transferencia de militares de la Policía fronteriza, así como el reclutamiento de nuevos agentes de la Policía y hasta 10.000 tropas voluntarias, una propuesta que ha sido criticada por la oposición, que afirma que plantea crear una milicia privada que responda a sus intereses.

Si bien estaba previsto que Netanyahu compareciera a las 10.00 horas (hora local), su discurso ha sido aplazado debido a las amenazas por parte de algunos de sus socios ultraderechistas y ultraortodoxos sobre la posibilidad de retirarle su apoyo si cedía y suspendía la reforma.

Gvir ha sostenido con anterioridad que «la reforma judicial no debe ser detenida» y ha subrayado que «no hay que rendirse ante la anarquía». Previamente, el ministro de Patrimonio, Amichai Eliyahu, de Otzma Yehudit, había subrayado que el partido no estaba preparado para detener la tramitación de esta legislación.

De salir adelante, la reforma daría al Gobierno control total sobre el nombramiento de jueces, incluidos los del Tribunal Supremo, y limitaría en gran medida la capacidad del tribunal de anular legislación que viole la Constitución, al tiempo que permitiría al Parlamento modificar leyes que consiga anular con una mayoría simple de 61 de los 120 diputados.

Contramanifestación

Por otro lado, decenas de miles de manifestantes se han concentrado este lunes ante la sede del Tribunal Supremo, en Jerusalén, para expresar su respaldo a la reforma judicial que impulsa el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.

«El pueblo exige la reforma judicial», «No soy ciudadano de segunda clase» o «Están robando las elecciones», han coreado los asistentes. Mientras, el presidente de la Knesset, Amir Ohana, del partido Likud del primer ministro Netanyahu, ha hecho un llamamiento a rebajar la tensión y evitar la violencia.

«Estamos en un momento sensible, tormentoso y delicado. No hay enemigos. Hay una nación dividida por el camino que hemos de tomar y que espera días mejores. Cumplamos con este objetivo, juntos», ha indicado.

Este mismo lunes más de 100.000 manifestantes han protestado frente a la sede de la Knesset o Parlamento israelí tras la fulminante destitución del ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien había pedido el sábado paralizar la tramitación de la polémica reforma judicial que ha provocado una profunda crisis política en el país.

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