May: «Es un momento histórico para el que no puede haber marcha atrás»
La primera ministra británica, Theresa May, ha confirmado al Parlamento la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, «conforme a los deseos del pueblo», para iniciar el proceso de divorcio de la UE y ha apelado a aprovechar para impulsar una mayor unidad en el país.
«Este es un momento histórico para el que no puede haber marcha atrás», ha sostenido May, en un discurso en la Cámara de los Comunes, en el que ha subrayado que la negociación ofrece una oportunidad para que Reino Unido emerja «más fuerte y justo» que nunca y más unido.
Como ya había hecho en otras ocasiones, ha insistido en que dejar la UE no significa salir de Europa y ha aprovechado para elogiar los valores liberales y democráticos de la UE, lo que ha generado gritos y risas entre parte de los parlamentarios, prometiendo que Reino Unido seguirá ayudando a la prosperidad de la UE.
La primera ministra ha subrayado que «todos queremos un Reino Unido más fuerte y unido» por lo que ha prometido que trabajará para lograr un acuerdo que beneficie tanto a Reino Unido como a la UE y que tenga en cuenta «los intereses específicos de nuestras naciones».
«Vamos a tomar nuestras propias decisiones y adoptar nuestras propias leyes, vamos a asumir el control de las cosas que nos importan a la mayoría. Y vamos a aprovechar esta oportunidad para construir un país más fuerte y justo, del que nuestros hijos y nietos puedan estar orgullosos», ha añadido.
En este sentido, ha subrayado que hitos como el que ha arrancado este miércoles son los que «definen el carácter de un país» y ha confiado en que «los mejores días» de Reino Unido «están por venir», como «amigo y aliado de los vecinos europeos».
Reacción opositora
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha advertido de que su formación estará vigilando al Gobierno «en cada fase» del largo proceso y ha reclamado a May que tenga en cuenta las opiniones de todas las partes, «no sólo la ideología conservadora más dura».
El Ejecutivo británico aún debe cerrar el marco de su futura relación con la UE a 27, pero Corbyn ya ha apuntado que consideraría un «fracaso de proporciones históricas» que Londres no asegurase «la protección de empleos y los estándares de vida» en Reino Unido.
May, por su parte, ha reclamado a Corbyn que se abstenga de entrar en una deriva «peligrosa y perjudicial» con sus mensajes y ha quitado validez a la tesis de que «ningún acuerdo es mejor que un mal acuerdo». Para May, la «realidad» es justo la contraria.
El líder del Partido Nacional Escocés (SNP) en Westminster, Angus Robertson, ha aprovechado el debate para reiterar el mensaje independentista, un día después de que el Parlamento de Escocia aprobase una moción para promover una segunda consulta similar a la que ya se llevó a cabo en 2014.
Robertson ha asegurado que la primera ministra ha «roto su promesa» al activar el proceso de ‘Brexit’ sin llegar antes a un consenso con todos los territorios, al tiempo que ha señalado que la independencia de Escocia será «inevitable» si May «no respeta las diferencias». «Ha dicho que el ‘Brexit’ traerá la unidad a Reino Unido. No lo hará», ha apostillado Robertson.
May, que durante las últimas semanas ha descartado la hipótesis del segundo referéndum independentistas, ha alegado que fue «el conjunto de Reino Unido» el que decidió salirse de la UE, descartando un posible trato diferencial para las zonas que, como Escocia, dijeron ‘no’.
«Mi propia circunscripción voto quedarse en la UE», ha agregado May, que ha recordado a Robertson que «unos 400.000 seguidores del SNP» votaron a favor del divorcio con el bloque comunitario.