Acusada del asesinato de más de 10.000 personas

Irmgard Furchner: la ex secretaria de un campo de concentración nazi se da a la fuga con 96 años antes de ser juzgada

Irmgard Furchner: la ex secretaria de un campo de concentración nazi se da a la fuga con 96 años antes de ser juzgada
Irmgard Furchner, ex secretaria de un campo de concentración nazi, en una fotografía reciente y en una antigua
Iñigo Artola
  • Iñigo Artola
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Este jueves una ex secretaria de un campo de concentración nazi, Irmgard Furchner, se ha dado a la fuga en Alemania. A sus 96 años, esta mujer que estuvo al frente de la dirección de uno de los campos de exterminio que los nazis crearon para exterminar a judíos, se ha fugado antes de ser juzgada, según anunció el presidente del tribunal. «La acusada se dio a la fuga (…) y se ha lanzado una orden de arresto», anunció el responsable ante el tribunal de Itzehoe, en el norte de Alemania, donde Furchner iba a ser juzgada por complicidad en el asesinato de más de 10.000 personas.

Furchner era la única mujer involucrada en el nazismo que iba a ser juzgada desde hace décadas en el país. Este juicio ante una Corte de Itzehoe (norte) precede al de un centenario, un ex guardia del campo de concentración nazi de Sachsenhausen, cerca de Berlín.

Hasta ahora Alemania, que durante mucho tiempo se hacía la remolona para encontrar a sus criminales de guerra, nunca había juzgado a antiguos nazis tan ancianos. Se lleva a cabo además en vísperas del 75º aniversario de la condena a muerte por ahorcamiento en Núremberg de 12 de los principales dirigentes del Tercer Reich.

La nonagenaria Irmgard Furchner tenía entre 18 y 19 años cuando se produjeron los hechos. Hasta su fuga vivía en una residencia de ancianos cerca de Hamburgo e iba a ser juzgada por una Corte especial para jóvenes por «complicidad en el asesinato de más de 10.000» personas, según la fiscalía.

La acusación le reprocha haber participado en el asesinato de detenidos en el campo de concentración de Stutthof, en la actual Polonia, donde ella trabajaba como dactilógrafa y secretaria del comandante del campo, Paul Werner Hoppe, entre junio de 1943 y abril de 1945. Unas 65.000 personas murieron en el campo, cerca de la ciudad de Gdansk, entre ellos «prisioneros judíos, partisanos polacos y prisioneros de guerra rusos soviéticos», según la fiscalía.

Órdenes de ejecución

El abogado Christoph Rückel, que representa desde hace años a los sobrevivientes de la Shoah, asegura que «ella se encargó de toda la correspondencia del comandante del campo». «También mecanografió las órdenes de ejecución y deportación y puso sus iniciales», aseguró a la cadena regional pública NDR.

Tras un largo procedimiento, la justicia estimó en febrero que la nonagenaria era apta para comparecer pese a su edad avanzada. Pero las vistas judiciales, que pueden durar hasta junio de 2022, deberían limitarse a unas horas diarias. Setenta y seis años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la justicia alemana sigue buscando a ex criminales nazis aún vivos.

Distintas fiscalías alemanas examinan actualmente ocho casos que implican en particular a exempleados de los campos de Buchenwald y Ravensbrück, indicó la Oficina central para la aclaración de crímenes del nacionalsocialismo a la AFP.

Muerte de sospechosos

En los últimos años, varios procesos tuvieron que ser abandonados por la muerte de los sospechosos o su incapacidad física para comparecer ante los tribunales. Pero aunque Alemania ha condenado en los últimos diez años a cuatro ex guardias o empleados de los campos nazis de Sobibor, Auschwitz y Stutthof, ha juzgado a muy pocas mujeres implicadas en la maquinaria nazi, según los historiadores.

La justicia ha analizado los casos de al menos otras tres empleadas de campos nazis, especialmente otra secretaria que trabajaba en Stutthof, pero ésta murió el año pasado antes de que el proceso terminara.

La fiscalía de Neuruppin, cerca de Berlín, examina actualmente el caso de otra mujer empleada en el campo de Ravensbrück, según la oficina central con sede en Ludwigsbourg.

Unas 4.000 mujeres trabajaron como guardias en los campos de concentración, según los historiadores, pero pocas fueron juzgadas después de la guerra.

Entre las que respondieron por delitos cometidos durante el Tercer Reich figura la guardia del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau Maria Mandl, apodada  «la bestia feroz», quien fue colgada en 1948 tras su condena a muerte por un tribunal de Cracovia.

Entre 1946 y 1948, en Hamburgo, 38 personas, entre ellas 21 mujeres, comparecieron ante los jueces militares británicos por haber trabajado en el campo de concentración de Ravensbrück, especialmente reservado a mujeres.

La jurisprudencia que dejó la condena en 2011 de John Demjanjuk, un guardia del campo de Sobibor en 1943, a cinco años de cárcel, permite ahora procesar por complicidad en decenas de miles de asesinatos a cualquier auxiliar de campo de concentración, desde un guardia a un contador.

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