El Gobierno brasileño enviará militares para patrullar las calles de Natal
El gobierno brasileño enviará militares para patrullar Natal (nordeste), desbordada por los motines carcelarios y los actos de vandalismo de organizaciones criminales, informó este jueves la Presidencia. La jornada estuvo marcada por nuevos enfrentamientos entre los presos de dos bandas de narcotraficantes en la prisión de Alcaçuz, donde el fin de semana fueron atrozmente asesinados 26 reclusos.
Varias personas resultaron heridas en los incidentes y algunos medios indican que hubo otras muertes, pero esa información no fue confirmada hasta el momento. Un vehículo blindado y varios policías del Batallón de Operaciones Especiales ingresaron por la tarde en el penal.
La acción se propone «retomar el control» y empezar a construir «una barrera física» entre las áreas dominadas por el grupo Sindicato do Crime RN y las que controla el Primer Comando de la Capital (PCC), la principal organización criminal de Brasil, indicó la asesoría de prensa de Rio Grande do Norte.
Durante la madrugada, se registraron disturbios en Natal y otras cinco ciudades de Rio Grande do Norte, con ataques a comisarías y edificios públicos, durante los que se incendiaron una treintena de autobuses y vehículos particulares. El gobernador Robinson Faria solicitó el «envío inmediato» de contingentes militares, y su pedido fue aceptado.
«El presidente Michel Temer autorizó el envío de las Fuerzas Armadas a Rio Grande do Norte. Los militares reforzarán las patrullas de las calles de Natal, tras la rebelión en la penitenciaría de Alcaçuz», indicó el Palacio de Planalto, sin precisar el número de efectivos que movilizará para esa misión.
La policía ya había ingresado el miércoles en la penitenciaría, de la que extrajo a 220 presos del RN para su traslado. Pero la medida, destinada a calmar los ánimos, avivó las tensiones.
En las reyertas del jueves, el PCC consiguió apoderarse del pabellón 4. El RN tenía superioridad numérica, pero su fuerza se vio mermada por los traslados de esta prisión que albergaba a más de 1.100 presos. El RN exigía que los desplazados fueran del PCC, pero no fue escuchado.
La guerra por el control del tráfico de cocaína entre presos del PCC y las facciones rivales, empezando por el Comando Vermelho y sus aliados, dejó ya cerca de 140 muertos desde inicios de año, muchos de ellos decapitados. Las principales matanzas se produjeron en Manaos (56 muertos) y Roraima (33), ambas en el norte, así como en Natal (26).
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