El G7 denuncia que las maniobras chinas rodeando Taiwán «no tienen justificación»

Manifestantes pro China protestan contra la visita de Pelosi a Taiwán (Foto: AFP)
Manifestantes pro China protestan contra la visita de Pelosi a Taiwán (Foto: AFP)
Rafael Gallego

El G7, el grupo de las mayores economías democráticas del mundo, ha lanzado una advertencia a China después de que éste régimen haya ordenado unas maniobras intimidantes en torno a la isla de Taiwán, que la potencia asiática aspira a anexionarse algún día. China ha elevado el tono a raíz de la visita de la presidenta del Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, esta semana a Taiwán para brindar su apoyo y, de nuevo, ha ordenado una serie de maniobras en torno al territorio de esta isla como mensaje internacional.

Este mensaje ha sido condenado por los países que conforman el G7, que pretenden mostrar la unidad internacional ante la amenaza china. «No existe ninguna justificación a utilizar esa visita como pretexto a una actividad militar agresiva en el estrecho de Taiwán», han subrayado en un comunicado los jefes de la diplomacia del G7, integrado por Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.

La pasada semana, los presidentes de Estados Unidos y China mantenían una conversación en la que el líder del país asiático lanzaba una nada velada amenaza ante la posibilidad de que Pelosi visitase Taiwán, lo que, por supuesto, ha hecho. «Los que juegan con fuego morirán en él», advirtió Xi Jinping según relataron los medios chinos. Esta amenaza, sin embargo, no fue recogida en el comunicado de la Casa Blanca en el que se informaba de aquella conversación, que superó las dos horas de duración.

La dirigente norteamericana Nancy Pelosi no se ha andado por las ramas en su visita a Taiwán. «No abandonaremos nuestro compromiso, estamos orgullosos de nuestra amistad duradera», ha remarcado ante las autoridades locales. Ha relatado que su viaje tiene tres propósitos: «Uno es la seguridad: seguridad para nuestro pueblo, seguridad global. Dos es la economía: difundir tanta prosperidad como sea posible. Y tres es la gobernabilidad».

Hay que recordar que Taiwán es una democracia que China aspira a anexionarse en algún momento. La política exterior de la potencia asiática en su región se basa en la idea de «una sola China» -la dominación de este país sobre los territorios que consideran suyos-, que, sin embargo, es aceptada a nivel internacional por las demás potencias, en un intrincado juego de equilibrios entre el apoyo a Taiwán y la realpolitik en las relaciones económicas con la propia China. Taiwán, una democracia real, existe bajo la constante amenaza del régimen autocrático comunista de China.

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