'IMPEACHMENT' A BIDEN

La Casa Blanca exige a los medios de EEUU fidelidad a Biden ante el ‘impeachment’ republicano

"Señor Presidente, ni yo ni mis colegas trabajamos para usted", le han contestado a la Casa Blanca desde varios periódicos del país

Los delitos del impeachment a Biden: Tráfico de influencias, enriquecimiento ilegal, sobornos, cohecho…

Los republicanos inician el proceso de ‘impeachment’ contra el presidente Joe Biden

Biden trata de acallar a los medios con su impeachment
Biden trata de acallar a los medios con su impeachment

«Es hora de que los medios hagan más para poner en tela de juicio a los republicanos», así reza resumido el asunto de la inaudita carta que la Casa Blanca ha remitido a los medios de comunicación del país exigiendo fidelidad. Inaudito porque una cosa es ofrecer información a los medios como hace regularmente la Oficina de Prensa de la Casa Blanca, y otra muy distinta que dé a la prensa lo que parecen órdenes.

La CNN informó de que la carta, pidiéndoles que «aumenten su vigilancia» sobre los republicanos de la Cámara «por abrir una investigación de impeachment basada en mentiras»,  fue enviada a ejecutivos de su cadena y de otras organizaciones importantes, entre ellas The New York Times, Fox News, The Associated Press y CBS News.

El autor de la misma es Ian Sams, portavoz del presidente Biden para el proceso del ‘impeachment’. Sams dijo este miércoles que las llamadas telefónicas de padre a hijo (de Joe a Hunter Biden) durante reuniones de negocios sospechosas eran simplemente una prueba de que el presidente «quiere» a su vástago.

En mayo, después de que las investigaciones del Congreso revelaran una vasta red multimillonaria de tráfico de influencias de la familia Biden, Sams tuiteó que «las acusaciones contra el Presidente no son más que conjeturas e insinuaciones».

Y cada vez que los republicanos o los medios de comunicación critican al presidente, Sams hiperventila como si la muerte de la democracia fuera inminente.

Algunos observadores están atónitos ante la desfachatez de la última demanda de la Casa Blanca de sumisión a los medios: «Señor Presidente, ni yo ni mis colegas trabajamos para usted. E incluso la apariencia de que lo hacemos, o de que usted cree que deberíamos hacerlo, ofende no sólo nuestra profesión sino el espíritu -si no la letra misma- de la Constitución, que sólo concede protección expresa a una industria no gubernamental: la prensa», ha dicho el Boston Globe.

«Es una táctica muy poco habitual que la Casa Blanca presione tan directamente a los medios de comunicación para que compren la narrativa oficial», señala Mark J. Rozell, decano de la Escuela Schar de Política y Gobierno de la Universidad George Mason.

Si Joe Biden no tuviera realmente nada que ocultar, la Casa Blanca no tendría nada que temer y no habría sido necesaria esta presión mediática, pero la administración del presidente no se lo está tomando a la ligera, demostrando la suficiente preocupación como para percibir la necesidad de establecer el relato antes del inicio de cualquier proceso de investigación.

El memorando del portavoz de Biden enumera citas de republicanos que dicen que no han visto pruebas de que los negocios en el extranjero dirigidos por Hunter Biden, constituyeran corrupción o supusiera un enriquecimiento para el presidente.

«Es hora de que los medios de comunicación intensifiquen su control sobre los republicanos de la Cámara por abrir una investigación de destitución basada en mentiras», escribió Sams. «Cuando incluso algunos republicanos de la Cámara están admitiendo que no hay pruebas de que Joe Biden haya hecho nada malo, y mucho menos para ser destituido, debería eso hacer saltar las alarmas de los medios».

Críticas republicanas

«Me preocupa mucho que el presidente, la Casa Blanca, diga a la prensa lo que tiene que decir. Creo que la prensa debería querer saber las respuestas a ‘¿sabía el presidente cuando fue a cenar con su hijo que [Hunter Biden] recibiría un Porsche?», dijo el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.

El lóider republicano en la Cámara Baja se refería a las pruebas que hay contra el empresario kazajo Kenes Rakishev por transferir 142.000 dólares a Hunter Biden en abril de 2014 para que se comprara un coche deportivo. Rakishev envió el dinero más o menos al mismo tiempo que el entonces vicepresidente Biden cenó con él en un restaurante de Washington a petición de Hunter Biden.

Los demócratas dicen que el presidente no ha hecho nada malo y que Kevin McCarthy está cediendo a los elementos más radicales de su partido para preservar su cargo y mantener a raya a su formación durante las espinosas conversaciones sobre el gasto del Gobierno.

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